El CSKA arrolla a un Madrid entumecido
El conjunto de Laso, en obras, sucumbe a la exhibición de Teodosic y De Colo (95-81)
El Madrid no encuentra el traje de campeón y en Moscú se quedó tieso ante la contundencia del millonario fondo de armario del CSKA. Helados en defensa y entumecidos en ataque, los blancos sucumbieron sin rechistar al ritmo que marcaron Nando De Colo (28 puntos y 7 asistencias) y Milos Teodosic (23 puntos y 7 asistencias). La pareja de exteriores del conjunto de Itoudis gobernó el partido de punta a punta y retrató a un equipo en obras, castigado por las bajas de Rudy y Llull y con varias piezas chirriando en un engranaje que se ha ido retocando sobre la marcha. No bastó con las 13 asistencias de Sergio Rodríguez (a tan solo dos de la plusmarca que estableció Taylor Rochestie hace un año ante el Efes), ni con los triples de Rivers (5 de 7, con 23 puntos), ni los con los 10 rebotes y 14 puntos de Ayón. El CSKA, exigido por la derrota en la apertura del Top 16 ante el Khimki, no dio opción.
CSKA, 95; Real Madrid, 81
CSKA Moscú: De Colo (28), Higgins (2), Freeland (8), Nichols (2) y Fridzon (7) —quinteto inicial—; Teodosic (23), Kurbanov, Hines (14), D. Kulagin y Vorontsevich (11).
Real Madrid: Sergio Rodríguez (6), Thompkins (5), Maciulis (4), KC Rivers (23) y Ayón (14) —quinteto inicial—; Doncic (12), Taylor (4), Carroll (2), Nocioni (7), N'Dour (2) y Reyes (2).
Parciales: 22-20; 28-21; 21-23; 24-17.
Árbitros: Radovic (CRO), Paternico (ITA) y Petek (SLO). Sin eliminados.
5.000 espectadores en el Universal Sports Hall de Moscú.
El Madrid continúa en el laberinto que le ha llevado a marcar sus peores registros de la última década con 11 derrotas en 29 partidos oficiales, la mayoría de ellas ante equipos de su mismo rango pero mucho más hormigonados a estas alturas de la temporada. Los pentacampeones de Laso, que el curso pasado tan solo cedieron en 14 ocasiones y el anterior en 12, ya se acercan a ese cupo de traspiés con apenas tres meses de competición. Continúa la búsqueda para reandar la ruta del éxito que descifraron a lo grande la pasada edición.
El Universal Sports Hall de Moscú acogía la 40ª edición de un clásico continental, el segundo enfrentamiento más repetido en la historia de las competiciones europeas (tan solo superado por los Maccabi-Madrid con 52 capítulos). El marcador final consolidó la condición inabordable del feudo ruso donde los blancos no ganan desde la temporada 2008-2009. "Es muy difícil ganar un partido con 17 pérdidas de balón", resumió Laso tras el duelo.
El desenfreno superó al tacticismo en los minutos iniciales y esas pérdidas de balón, hasta tres por equipo en los primeros cuatro minutos, cortocircuitaron el ritmo del partido. La circunstancia favoreció al Madrid que, con los grilletes de Rivers sobre Teodosic y de Maciulis sobre De Colo, comenzó a hacer camino. Puro espejismo. La brújula de Sergio Rodríguez (cinco asistencias en el primer cuarto) dio lustre a la efervescente puesta en escena del campeón y puso la firma al primer estirón en el marcador (10-16, m. 6).
El Madrid dominaba desde el perímetro con dos bingos de Rivers desde el 6,75, pero el CSKA se rearmó colonizando la pintura. Primero Freeland y después Vorontsevich aprovecharon el destemple de Thompkins y Ndour (con un pobre balance de 7 puntos y 4 rebotes entre ambos) para equilibrar el partido primero y voltearlo después (37-30, m. 16). Tampoco fue el día de Felipe, con dos puntos y dos rebotes en los 10 minutos que estuvo en pista.
Bronca a Doncic
Con su libreto resabiado, Teodosic aprovechó la candidez de Luka Doncic para marcar territorio mientras El Chacho se tomaba un respiro. Y, después de tres posteos fáciles del conjunto ruso, Laso pidió un tiempo muerto para leer la cartilla a los suyos, con una reprimenda de videoteca dedicada en exclusiva al canterano esloveno. “¡Puedes hacer una puta jugada!, ¡la que quieras, pero haz una puta jugada para que tengamos orden!, ¡pero qué cojones es esto!”, bramó Laso mirando a los ojos al chaval de 16 años que, lejos de amilanarse, protagonizó una reacción con ADN de estrella en ciernes. Con tres triples estratosféricos consecutivos, Doncic sacudió el parquet moscovita y dejó a su equipo a un palmo del rival cerca de la frontera del descanso (42-41, m. 18). Sin embargo, una técnica a Nocioni y un parcial de 8-0 abortaron la reacción y abocaron al Madrid a un laberinto del que ya no supo escapar.
La constancia de Ayón prolongó la resistencia madridista hasta la frontera del tercer cuarto (71-64, m. 30). Pero ni la zona de ajustes ni el último resuello de inspiración del Chacho bastaron para contener la furia de De Colo y Teodosic. Cinco puntos consecutivos del serbio finiquitaron la competencia primero (85-70, m. 35) y dispararon la renta por encima de los 20 puntos después (95-74, m. 38) ante un Madrid destemplado, que sigue sin ganar a los grandes y que tuvo que limitarse a minimizar los daños pensando en el average final del grupo.
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