El dominó de los grandes banquillos europeos
El adiós de Mourinho al Chelsea, el de Guardiola al Bayern y las crisis en el Manchester United y en el Real Madrid activan los movimientos
Un “mutuo acuerdo” zanjó el vínculo entre José Mourinho y el Chelsea el mismo día que se deslizó que Pep Guardiola dejará el Bayern de Munich al finalizar la presente temporada y se vinculó a Carlo Ancelotti con el club bávaro mientras Rafa Benítez, su sucesor en el Real Madrid y predecesor de Mourinho en el equipo londinense, anda en problemas. Resulta obvio resaltar que el actual técnico madridista sucedió a Ancelotti y este a Mourinho en Chamartín: hay una suerte de endogamia en los grandes clubes del continente porque incluso Ancelotti pasó por el emergente París Saint-Germain y no deja de vincularse a Mourinho con el club que controlan los petrodólares de Nasser Al-Khelaifi mientras se especula con un futuro de Guardiola vinculado al Manchester City, que dirige Manuel Pellegrini, antecesor de Mourinho en el Real Madrid. Y en el Manchester United, uno de los grandes anhelos de Mourinho, se pone en duda la continuidad de Louis Van Gaal mientras se debate si Ryan Giggs, la opción que promueve sir Alex Ferguson, está preparado para asumir el desafío.
Mourinho no se tomará un año sabático porque "no está cansado"
Los agentes de prensa de José Mourinho (CAA Sports y Polaris Sport) han emitido un comunicado donde asegura que el técnico portugués no tiene intención de tomarse un año sabático.
"No va a tomarse un año sabático, no está cansado y no lo necesita. Es muy positivo y se siente positivo. Permanecerá en Londres y desea que a él y a su familia les permitan permanecer en el anonimato".
"José no hablará de su situación actual y de su futuro, y pide a los medios que respeten su decisión. Debido a su amor por el fútbol podrán ver a José en estadios de fútbol trabajando y apoyando a amigos. No asistirá a partidos de alto nivel para evitar especulaciones sobre su futuro. Durante su carrera, en alguna ocasión ha decidido abandonar un club, pero sólo en el Chelsea ha sido el club el que ha decidido interrumpir la relación. Este momento representa para él el cierre de un ciclo, y la oportunidad de iniciar otro nuevo. José espera que su futuro fuera del Chelsea sea tan exitoso como lo fue cuando dejó el club por primera vez en 2007".
El dominó de los grandes banquillos europeos ha comenzado a moverse y las primeras piezas comienzan a moverse mediante secundarios que reivindican su valía. “Quiero toda la información posible antes de tomar una decisión, todo va muy deprisa”, apuntó Guus Hiddink, que aterrizó en Londres para valorar la posibilidad de hacerse cargo del Chelsea de aquí a final de temporada. Semeja que llegaría como un paréntesis en las pretensiones del club londinense, del que se apunta que podría dirigirse a Diego Simeone e introducir así al actual entrenador el Atlético de Madrid en el Gotha de los entrenadores de los grandes del continente. Hiddink estará este sábado en Stamford Bridge para presenciar el partido en el que Chelsea recibe al Sunderland para evitar caer a los puestos de descenso de la Premier League. “El equipo está en una mala situación y hay razones para ser precavidos”, apunta el holandés. Lo más probable es que firme un vínculo con el equipo de Abramovic hasta final de temporada.
Ancelotti, que como Hiddink también tuvo un pasado en el Chelsea, aparecía en el horizonte como una opción más para el equipo que preside Roman Abramovich, pero al técnico italiano lo han vinculado durante las últimas horas con el Bayern. Incluso el nombre de Mourinho se deslizó en la prensa germana como si hubiese una nomenclatura que se reparte las opciones de dirigir a los grandes de Europa por más que su ideario futbolístico sea divergente. Subyacen dos problemas: por una parte, el idioma, por otra, las declaraciones minusvalorando el esfuerzo del equipo muniqués para someter a sus rivales de la Bundesliga. Mourinho despierta recelos en Munich por su perfil rupturista por más que una gloria del club como Lothar Matthaus deslizará su nombre el pasado verano como el idóneo para suceder a Guardiola. Y Ancelotti gusta porque en cierto modo entronca con el estilo con el que Jupp Heynckes devolvió al equipo a la cima europea. El técnico italiano ahora en el paro, en su caso mejor quizás es más conveniente denominarlo año sabático, ejemplifica el perfil de entrenador instalado en la élite.
No semeja que vaya a pasar a la historia como un gran revolucionario del balompié, pero a sus 56 años puede presumir que desde los 40 habita en los banquillos de grandes de Europa: Juventus, Milán, Chelsea, Paris Saint Germain y Real Madrid. Si acaba en el Bayern habrá dirigido a escuadras de referencia en las cinco principales ligas europeas. “Con él nunca nadie tuvo problemas”, apunta Arrigo Sacchi, bajo cuyo manto creció primero como jugador y luego como entrenador. “Ancelotti es un gran entrenador”, zanjó ayer Guardiola, que apuntó que antes de acabar este fin de semana haría una declaración sobre un futuro que ya se conoce: buscará otro destino después de tres campañas en Munich.
En Manchester no son ajenos a todo el movimiento. En el City el contrato de Manuel Pellegrini se prorrogó el pasado verano hasta junio de 2017 para evitar un curso de especulaciones, pero el vínculo afectivo de su director deportivo Txiki Begiristain con Pep Guardiola se devuelve al primer plano cada vez que el técnico de Santpedor se pone, como ocurre ahora, en el mercado. En la acera de enfrente hay dudas sobre que camino tomar. Louis Van Gaal ya advirtió en el club que dentro de año y medio, cuando esté a punto de cumplir los 66 años, tiene pensado jubilarse. Y Ryan Giggs, que cuenta con el crédito de los aficionados, se prepara para asumir su puesto. La cuestión es si las urgencias de un club multimillonario que acaba de quedarse fuera de la Liga de Campeones invitarán a adelantar ese proceso sucesorio.
Entre todo el batiburrillo, con Bayern, Chelsea, los dos grandes de Manchester, Real Madrid, los grandes italianos tratando de rearmarse y el PSG en el intento de llegar a esas cotas, resta el Barcelona. Hace ahora casi un año era un volcán tras caer en Anoeta, hoy enfila de nuevo la cima del mundo. Luis Enrique, su técnico, apuntó esta semana en una entrevista al canal de televisión del club que cuando acabe su periplo en el equipo cree que se tomará “al menos un año sabático”.
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