Una selección unida por el móvil
El equipo femenino de balonmano comienza este sábado su andadura en el Mundial de Dinamarca con el objetivo de ganar el oro para estar en los Juegos de Río
En una concentración de más de un mes hay tiempo para todo. Charlar, ponerse al día, competir, descansar… e intercambiar emoticonos. El móvil se ha convertido en un elemento indispensable para las jugadoras de la selección femenina de balonmano. Poco importa ser una veterana o haber recalado en el equipo recientemente. Uno de los rostros más reconocibles, aunque sea solo por sus inconfundibles trenzas doradas, Marta Mangué, y una de las últimas incorporaciones, Lara González, reconocen casi al unísono que no pueden vivir sin el teléfono. “Soy un poco adicta”, confiesa la benjamina.
El buen ambiente y las risas constantes entre las 18 seleccionadas por Jorge Dueñas se transforma sobre la pista en lucha y entrega, lo que les ha valido el apodo de las guerreras. En Dinamarca empiezan hoy el Mundial contra Kazajistán (Tdp, 18.15), uno de los rivales más débiles del grupo. La mente, siempre y cuando no aparezca una notificación en el móvil, la tienen en los Juegos de Río. Para lograr el billete solo les vale colgarse el oro en la final del 20 de diciembre —salvo que pierda el partido decisivo contra Brasil o Noruega gane el campeonato—. Si no lo consiguieran, tendrían que competir en el Preolímpico, para el que tienen ya plaza y se disputa en marzo.
Marta Mangué tira del equipo. Influye que luzca el brazalete de capitana, pero sus compañeras no dudan en agarrarse a su figura para solventar los malos momentos. Y si no es así, ya está ahí esta canaria de 32 años, con 271 partidos internacionales a sus espaldas, para poner orden. “No hace falta que nadie venga a preguntarme porque me encanta ayudar. Transmito todo lo que he aprendido”.
A las más jóvenes les meto caña todo el rato. Tienen que aprender lo máximo posible porque son nuestro relevo
Con las novatas en la selección prefiere la mano de hierro. La etiqueta de guerreras no llega por la desidia ni tampoco la regalan. “A las más jóvenes les meto caña todo el rato. Tienen que aprender lo máximo posible porque son nuestro relevo”, explica la capitana. Pese a la timidez que confiesa Lara González, de 23 años, no se arruga ante la exigencia que impera en la selección. Es uno de los valladares defensivos, sobre todo en el lateral izquierdo, y sabe que para crecer tiene que estar atenta a los consejos de aquellas que tienen más experiencia porque, como ella misma reconoce, cuando llegó era de las más pardillas. “Me ayudan a crecer. Recuerdo que Carmen Aguilar, con quien comparto equipo en Hungría, siempre me decía que hablara más en defensa”.
El grupo que conforman es muy compacto. La gran mayoría, salvo Ainhoa Fernández y Darly Zoqbi, ha vivido alguno de los éxitos del balonmano femenino. Desde 2008, acumulan dos platas europeas y dos bronces, uno olímpico y otro mundial. “Es una plantilla bastante cerrada porque llevan muchos años juntas, pero es muy fácil integrarte. Me sorprendió cómo te facilitan todo”, comenta González.
Cuando estamos con España, cambiamos por completo. Jugamos todas a lo mismo
La capitana cuenta en su vitrina de trofeos con todos los títulos. Los logros son el resultado de su forma tan aguerrida de entender el balonmano. Cuentan con gran talento, pero sobre todo son muy trabajadoras. “Cuando estamos con España, cambiamos por completo. Tenemos el mismo feeling y aquí jugamos todas a lo mismo. Ante todo somos amigas. Nos tomamos una cañita o lo que haga falta para ponernos al día”. La ambición no la ha perdido en estos 15 años que lleva vistiendo la camiseta de la selección. Mantiene hambre de títulos, aunque su compañera Lara González cree que ellas tienen más ganas de triunfar. “Quizás, al ser más jóvenes, tengamos más ilusión que las mayores”, puntualiza.
En el último Mundial, el de Serbia de hace dos años, España quedó en décima posición. Para borrar esa mala actuación, al menos lejos de los objetivos que se habían fijado, tendrán que enfrentarse primero a un grupo exigente, entre las que destacan Rusia y Noruega, que derrotó a la selección en la final del Europeo del año pasado.
Desde 2008, acumulan dos platas europeas y dos bronces, uno olímpico y otro mundial
El rigor defensivo, la ausencia de pérdidas y los contragolpes son las armas con las que contará el combinado de Dueñas para llegar lejos en el Mundial. Sin goles, claro está, poco importa el resto. Y ahí emerge la capitana, por mucho que se empeñe en reconocer que no es una goleadora. Está a 22 tantos de alcanzar el millar, cifra que anhela superar en el torneo. “Lo mío es defender y organizar el juego. Yo mis cuatro o cinco golitos y ya está”. Si no lo logra, siempre podrá recurrir a su móvil. Ese en el que la música viaja siempre con ella y le saca una sonrisa. “Cuando estoy un poco de bajón me pongo a Beyoncé, que así todo se lleva mejor. Pero no los discos nuevos, me gustan más los antiguos. ¡Me encanta!”.
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