Rusia acepta la sanción de la IAAF

No hubo representantes rusos en el hotel Fairmont, en la bahía de Montecarlo, donde ayer se reunió el consejo de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), pues la ARAF, la federación rusa, está expulsada mientras no resuelva sus problemas con el dopaje. Pero sí se habló de Rusia en el consejo y, sobre todo, de una carta enviada desde Moscú en la que las autoridades deportivas reconocen la validez de la sanción impuesta el viernes 13 de noviembre y anuncian además que no recurrirán para acelerar el proceso de reintegración.

Lord Sebastian Coe, que preside el consejo de la IAAF, se siente como en casa en el hotel Fairmont. Fue en el Fairmont donde en 2012 se eligió a Londres, la candidatura personal de Coe, para organizar los Mundiales de atletismo de 2017, y ha sido en el Fairmont donde ha ofrecido la conferencia de prensa más importante de su aún corto (tres meses) mandato.

No será Coe quien desmienta que ha sido el periodismo de investigación el que le ha permitido asumir el papel de liberador de la IAAF de la corrupción que le ha asolado, pero su forma de agradecerlo no parece haber estado a la altura de la importancia de los medios. Según informa la agencia Reuters, a las decenas de periodistas que han pasado el día en el Fairmont, convertido en un búnker pues no ha habido acceso en ningún momento a la reunión del consejo, no se les ha permitido entrar al hotel por la puerta principal, sino que se les ha obligado a acceder por la puerta de servicio.

Ello no habría sido tan grave e incómodo como humillante si no fuera porque para llegar había que atravesar a pie el largo túnel que el GP de Mónaco de fórmula 1 ha hecho famoso. Un lugar tan mítico como incómodo: oscuridad y una acera estrecha, ruido de motores de tráfico y los gases tóxicos emitidos por los tubos de escape.