España juega mejor sin delanteros
El fallido experimento con Diego Costa y Alcácer vuelve a poner de manifiesto que al estilo de la selección le va mejor tener pocas referencias en el ataque
En una selección plagada de centrocampistas de buen pie acostumbrados a acelerar el juego en los último metros solo cuando es el toque el que genera los espacios, dos delanteros pueden parecer dos cuerpos extraños y hasta un exceso. El jueves, cuando se supo que Del Bosque alinearía a Diego Costa y a Paco Alcácer la variante ya chirrió.
El duelo con Inglaterra confirmó que España se siente más cómoda con menos referencias arriba. Costa y Alcácer jugaron mucho de espaldas, casi siempre para devolver la pelota de cara al volante que avanzaba. Fuera Iniesta o Cesc el que progresara con la pelota en el último cuarto de campo, se vio un punto de precipitación por encontrarles y conectar con ellos. Si con en el juego al pie no hubo fluidez entre el cetro del campo y los delanteros, tampoco cuando los dos puntas hicieron movimientos para recibir en largo y al espacio.
El abandono del 4-3-3, el sistema que ha consolidado el cuerpo técnico de la selección durante la clasificación, para jugar ese 4-4-2 no resultó muy positivo. Costa sufrió para devolver con claridad y precisión las pelotas que le llegaron y perdió nueve balones. Alcácer, más centrado, no recibió tantos, pero tampoco pareció muy cómodo sin mirar a la portería. Entre ellos, la conexión fue nula. Las estadísticas reflejan que no se dieron un pase bueno entre ellos. Costa no le dio ninguno a Alcácer y este solo le dio tres al hispanobrasileño.
“Los experimentos y las pruebas en los partidos amistosos están para eso, para ver qué funciona y qué no, quién se adapta y quién no”, admiten desde el cuerpo técnico de La Roja. España tuvo más fútbol y se pareció más así misma cuando jugó sin delanteros de área en la recta final del partido. Con Pedro, Nolito y Mata llegaron los mejores momentos de España ante Inglaterra.
Ni en corto, ni en largo los centrocampistas conectaron bien con Costa y Alcácer
Salvo Villa, que partía desde la izquierda y tenía muy interiorizado el juego de toque, los delanteros sufren para hacer goles. Bien porque están obligados a fijar a los centrales permaneciendo estáticos en la medialuna del área, bien porque tiene que alejarse para crear espacios, deben de armarse de paciencia y asumir que el juego con balón les puede convertir en secundarios. Que Silva con 23 goles sea el segundo máximo goleador de la selección en la era Del Bosque, solo superado por los 25 de Torres, es significativo. Para el seleccionador el partido más brillante de su etapa fue la final de la Eurocopa 2012, ganada a Italia (4-0) con Cesc actuando de falso nueve.
Morata expresó recientemente lo que sienten los delanteros de la selección: “Hay veces que con 40 pases parecemos espectadores”. Negredo también vivió algo parecido. “Hay muchos jugadores por detrás del balón y hay que buscar otras soluciones. A veces, Del Bosque busca un nueve para fijar a los centrales y hay otras en las que no hace falta”.
Los amistosos están para ver quién se adapta y quién no", advierten en el cuerpo técnico
“Sería la ostia que en 10 partidos llevara 20 goles”, dice Diego Costa, que hasta ahora solo ha marcado uno. Su apuesta es la que más en entredicho está. Sin embargo, él dice sentirse cada vez más integrado. “Me voy adaptando mejor al juego y cuando vengo nadie me mira mal, todo lo contrario, todos me muestran su apoyo. España tiene un estilo y contra Inglaterra hemos ganado manteniéndolo, lo que importa es eso y el equipo”, dice Costa. Sobre si Del Bosque ha cuestionado su comportamiento en algunas trifulcas con el Chelsea asegura: “Pero si soy más bueno que el pan. El que ha jugado al fútbol sabe que esto no es ir al teatro, esto es un juego en el que hay contacto y los jugadores nos decimos cosas”.
En esa complicación para encontrar un nueve estable y otro delantero que le acompañe, la explosión de Nolito apunta a una solución a tener en cuenta. “Aunque juegue caído a la izquierda como Villa, no se les puede comparar”, concluyen desde el cuerpo técnico. “Sí es cierto que nos abre el campo, que desequilibra y que las diagonales que hace le pueden venir bien a ese estilo”.
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