Sudamérica reparte juego

Fue ante el Mundial de 1998 cuando en Sudamérica se articuló por primera vez el grupo único de selecciones para determinar la clasificación a la gran cita futbolística. Diez selecciones compiten por cuatro plazas directas y una quinta que da opción a una repesca, según se fijó por sorteo, contra el mejor equipo de Oceanía. La competición se ha cerrado tanto que las potencias tradicionales, Argentina y Brasil, se encontraron anoche en Buenos Aires sin que ninguna de las dos estuviese ubicada entre las cinco primeras de una tabla en la que Ecuador es líder con tres victorias en tres partidos. Chile está pujante, campeona de América como es, y tanto Colombia como Uruguay laten con más fuerza y regularidad que antaño, empujadas por figuras como James o Luis Suárez.

"El grupo único favorece a los grandes, pero se está complicando y empezando a apretar", reconoce Gustavo López, uno de los pilares de Argentina en la clasificación para el 2002, la más holgada que se le recuerda a la albiceleste, que sólo perdió un partido de 18 y fue líder de principio a fin con Marcelo Bielsa en la batuta. "Las diferencias se han achatado", corrobora Luis Fernando Suárez, el técnico colombiano que llevó a Ecuador al Mundial de 2006. "Antes Argentina y Brasil podían salir a los partidos relajadas y los rivales de alguna manera dejaban pasar esas fechas, ahora todos compiten".

Suárez percibe que la emigración de futbolistas al exterior ayuda a que Ecuador se consolide entre los mejores. Nueve puntos de nueve posibles lleva, con un triunfo en Buenos Aires y dos más en Quito frente a Bolivia y Uruguay. El martes juegan en Venezuela y un triunfo les dejaría enfilados hacia Rusia. "Ecuador aprovechó la pasada Copa América para probar jugadores y acoplarse y ahora muchos futbolistas juegan y son importantes en el exterior", apunta el técnico. "Además, la ventaja de jugar en altura siete partidos más les da bastantes opciones de clasificarse porque cualquier selección que acude a Quito necesitaría tres semanas para adaptarse a la falta de oxígeno".

Caicedo, a gol por partido

Ecuador abandera lo más actual de la nueva ola del fútbol sudamericano con Caicedo, delantero del Espanyol, que ha marcado un gol en cada partido disputado hasta ahora en las eliminatorias. Pero Chile es por fin campeona, Colombia emerge de nuevo tras su gran Mundial y Uruguay, quinta y fija en la repesca en las últimas cuatro clasificaciones, tiene merecida fama de indomable. ¿Qué les queda a Argentina y Brasil? Ni más ni menos que Messi y Neymar, entre otros. "Es una buena noticia que cada vez se compita con más fortaleza contra selecciones lideradas por futbolistas de ese nivel".

"La clasificación en Sudamérica", dice Gustavo López, "es un poco como la Liga española, en la que hay un Celta o un Villarreal, pero a la larga prevalecen los poderosos. Siempre habrá obstáculos, pero muy mal se les tendría que dar para no entrar quintos".

El abanico, sin embargo, se abre. Venezuela ya no es una maría, Bolivia se hace fuerte siempre en casa, Paraguay no es la mejor de su historia, pero no resulta fácil de batir y Perú, tercera en la Copa América del pasado verano tras ceder en semifinales ante la anfitriona Chile, ha crecido con el argentino Gareca al frente por más que haya caído en sus dos primeros partidos. "Cada país tiene ciclos, pero la progresión de todos cada vez es mayor", apunta Gustavo López. Desde que en 1997 empezó el sistema del grupo único apenas se recuerdan para los dos grandes aquellos apuros de otoño de 2009, cuando Argentina cayó al quinto puesto a dos jornadas del final y Brasil se agobió para vencer a Venezuela y clasificarse en 2001. Fue un preludio de lo que sucede ahora, que Sudamérica reparte juego para todos.