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El Eibar exhibe su eficacia ante el Getafe

El equipo madrileño malgasta su buena primera mitad y se derrumba en Ipurua

Enrich celebra tras marcar al Getafe.
Enrich celebra tras marcar al Getafe.Juan Herrero (EFE)

Llegados al vestuario, los jugadores del Getafe se harían todos la misma pregunta: ¿qué pecado cometimos para jugar bien tanto tiempo y perder para siempre? ¿Quizás la frialdad en ataque, la falta de puntería, esas cosas de las malas rachas (aún no ha ganado fuera)? Rumiando la pregunta se volvió para casa con otra derrota, con un buen medio partido, con una curva descendente a medida que encajaba los goles del Eibar y ajusticiado finalmente por un penalti dudoso que además le dejó con 10 futbolistas a falta de media hora.

EIBAR, 3; GETAFE, 1

Eibar: Irureta; Capa, Dos Santos (Lillo, m. 64), Pantic, Juncà; Keko, Escalante (Barrenetxea, m. 88), Silvestre, Berjón; Enrich (Arruabarrena, m. 8) y Borja Bastón. No utilizados: Mediavilla, Inui, Hajrovic y Ekiza.

Getafe: Guaita; Damián, Alexis, Velázquez, Roberto Lago; Lacen, Juan Rodríguez; Sarabia (Vergini, m. 63), Víctor (Moi Gómez, m. 85), Lafita; y Álvaro (Stefan, m. 71). No utilizados: Megyeri, Pedro León, Wanderson y Buendía.

Goles: 1-0. M. 16. Sergi Enrich. 1-1. M. 22. Víctor Rodríguez. 2-1. M. 29. Sergi Enrich. 3-1. M. 61. Saúl Berjón, de penalti.

Árbitro: Iglesias Villanueva. Expulsó por roja directa a Damián (m. 61) y amonestó a Saúl Berjón y Capa

Unos 6.000 espectadores en Ipurua.

El Eibar se hizo pocas preguntas. Fue tan práctico que no estaba para muchas teorías. El partido lo sacó adelante con una eficacia insolente. Cada una de sus llegadas o fue gol o estuvo a punto de serlo. La entrega, el orden, el derroche se le dan por asegurados al Eibar lo entrene quien lo entrene y juegue quien juegue. Sucede que ahora tiene un tipo como el argentino Escalante que ahora reúne esas virtudes y las irradia en el equipo como un haz de luces. Estéticamente no brilla, pero es uno de esos secundarios merecedores de premios. A él y a Eddy Silvestre les costó agarrar el partido por el cuello porque el Getafe montó una brigada móvil en el centro del campo que atacaba por todos los flancos. La lideraba Víctor Rodríguez y le secundaban Sarabia y Lafita. Por eso en 10 minutos tuvieron dos ocasiones de gol. La primera probó la inactividad de Irureta (que fue alineado a última hora por lesión de Riesgo) y la segunda dio en la red por fuera.

El Eibar esperaba a Borja Bastón, la sensación goleadora. Pero esta vez el foco iluminó a Sergi Enrich, porque Mendilibar decidió jugar con dos futbolistas de referencia en el área. Enrich cazó un balón tras un córner y algunos rebotes y lo llevó a la red. Víctor Rodríguez también sentía la luz del foco del partido en sus espaldas y se fabricó poco después un golazo que acabó como acaban los grandes goles: con el balón muerto en la red, como si festejara el tacto del jugador para llevarlo al rincón de las agujas.

El Getafe se sobreponía y jugaba, pero cada vez un poquito menos, a medida que los medios centros del Eibar iban ocupando el campo. Y llegó Enrich de nuevo para rematar de nuevo a la red tras una jugada preciosa de Saúl Berjón que dejó a su marcador, Damián, en el suelo rota la cintura por su quiebro. Tres ocasiones del Eibar y dos goles: la otra también fue gol, pero anulado por fuera de juego de Borja Bastón. Tantos golpes tumbaron al Getafe que ya no fue capaz de reaccionar ante un Eibar correoso, mejor ordenado, con un Keko alborotador y un Enrich incordiante que sacó un penalti a Damián que se fue al vestuario expulsado: Berjón lo puso en la escuadra. Y el partido murió. Lo que sucedió después fueron anécdotas: el cabreo de Dos Santos cuando Mendilibar lo retiró del campo, la presencia del joven Barrenetxea, la mirada perdida de Pedro León en el banquillo... Anécdotas de un libro que escribieron Eibar y Getafe a partes iguales, pero lo firmó el conjunto guipuzcoano que sigue sexto en la clasificación.

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