El Barcelona se suelta la melena en Lituania
Los azulgrana doblegan al Zalgiris (78-85) con un despliegue ofensivo liderado por Arroyo, Navarro, Ribas y Tomic
El despliegue ofensivo del Barcelona agotó al perseverante y entusiasta Zalgiris. Su triunfo se basó en una sucesión de fogonazos que le redimieron de sus intermitencias defensivas y alguna repentina bajada de tensión. Primero Perperoglou, después Arroyo, más adelante Navarro, y también Pau Ribas fueron pasándose el relevo con una puntería y una decisión que hizo mella en el equipo lituano.
Los cañoneros del Barcelona honraron la tierra de legendarios tiradores como Homicius, Iovaisha, Kurtinaitis, Karnisovas o el mismísimo Jasikevicius, ahora segundo entrenador del Zalgiris. Si ganó el Barcelona fue porque siempre tuvo puntos en sus manos. Compareció algo destensado, sobrepasado por la ebullición del base Kalnietis, las revoluciones del ala-pívot Jankunas y la fortaleza del pívot griego Vougioukas.
ZALGIRIS, 78; BARCELONA, 85
Zalgiris Kaunas: Kalnietis (7), Seibutis (18), Ulanovas (6), Jankunas (17), Vougioukas (16) –equipo inicial-; Vene (4), Lekavicius (2), Pocius (0), Motum (0), Javtokas (6), Vecvagars (0) y Hanlan (2).
Barcelona Lassa: Arroyo (12), Navarro (10), Perperoglou (6), Samuels (4), Tomic (18) –equipo inicial-; Doellman (10), Ribas (11), Lawal (2), Abrines (3), Satoransky (7), Vezenkov (2) y Oleson (0).
Parciales: 23-22, 15-23, 18-22 y 21-18.
Árbitros: Lottermoser (Alemania), Paternico (Italia) y Balak (Israel).
Zalgirio Arena. 14.784 espectadores. Cuarta jornada de la Euroliga. El Barcelona, en el grupo C, suma tres victorias y una derrota.
El Barcelona respondió con dos triples del también griego Perperoglou y otro de Abrines. Su apretón defensivo mediado el segundo cuarto acabó de descentrar al Zalgiris. Jankunas sumó muy pronto su tercera falta y en un par de minutos se sucedieron hasta seis pérdidas de balón lituanas. Igualó el partido el Barcelona, que tras la irrupción de Navarro y Pau Ribas empezó a marcar diferencias importantes (53-67).
Una súbita desconexión, con un parcial de 10-2, volvió a igualar el marcador (63-69). Carlos Arroyo dio entonces la medida de lo que se esperaba de él. Asumió la responsabilidad con sangre fría y acierto. Anotó ocho puntos casi consecutivos y sacó al Barcelona de su último aprieto. En contraste con la tibieza de Samuels, a quien Pascual promovió al quinteto titular, o de Lawal, luchador pero más eficaz en el rebote que en el tiro, Tomic mantuvo una velocidad de crucero bajo los tableros que le permitieron cerrar con 18 puntos y ocho rebotes.
El Barcelona sumó nueve triples, seis más que el Zalgiris. Los lituanos acumularon más pérdidas de balón, perjudicados por unas transiciones que a menudo naufragaban ante la defensa azulgrana. El Barcelona ganó e hizo recordar a los legendarios cañoneros lituanos.
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