El Sevilla se reencuentra

Volvió el gran Sevilla. En una semana complicada, después de dejarse el alma en Manchester y obsesionado con espabilar tras su gris periplo en la Liga, el equipo de Emery espantó todos sus fantasmas. Lo hizo con un espléndido ejercicio frente al Getafe, que venía en un buen momento y se llevó un saco, masacrado por Gameiro, superado por el toque de Banega y la movilidad de Konoplyanka. Se reencontró el conjunto andaluz, que se asoma con este triunfo a los puestos altos de la clasificación.

Fue una noche feliz para el Sevilla y triste para Vigaray, el hombre que colocó Fran Escribá para detener a Konoplyanka y terminó expulsado tras cometer dos claros penaltis, impotente ante el caudal de juego que le vino encima. Como el Getafe, incapaz de mostrar sus armas, con sus mejores jugadores, caso de Pedro León o Sarabia, completamente inéditos. La victoria le permite al Sevilla mejorar su ánimo y le sirve a Emery para comprobar que ha encontrado su once tipo después de pasar un calvario con las lesiones. 10 de 12 puntos ha sacado el Sevilla en las últimas cuatro jornadas, lo que demuestra su mejoría progresiva después de un inicio de Liga bastante dubitativo.

Cuando anotó su segundo gol, Gameiro alzó los brazos extasiado. El delantero francés, por fin, se había rebelado contra la sombra de Bacca, delantero titular el año pasado, añorado en la grada por sus goles decisivos y oportunos. Gameiro metió un primer gol de pícaro, al aprovechar un despeje de Guaita. El segundo fue tras una obra de arte de estrategia, cuando se desmarcó de forma excelente para aprovechar con su pierna izquierda el balón de Banega. El tercero, de penalti cometido sobre él mismo, certificó su noche mágica, en la que hizo tres goles por primera vez en España.

Tres goles y un carrusel de desmarques y ocasiones que acabaron por derrumbar el buen planteamiento del Getafe, que no dudó en buscar al Sevilla en su campo, presionando con decisión y fe para aprovechar el presumible cansancio del conjunto andaluz, que se pegó una paliza formidable en el duelo de Liga de Campeones frente al Manchester City. A la táctica del Getafe le faltó tino. El Sevilla, algo espeso, tiró de eficacia y de una maravilla que se mueve por la banda izquierda. Con Banega al mando y Konoplyanka de desborde en desborde, el equipo andaluz acumuló ocasiones aunque le faltara ese ritmo demoledor con el que machacaba a sus rivales. Vigaray, al que Escribá colocó en la banda conocedor de las virtudes de Konoplyanka, se tuvo que rendir ante las evoluciones de un futbolista delicioso.

Fue la suma de sus jugadores talentosos la que propició la superioridad del Sevilla, que hizo su segundo gol en el último minuto de la primera parte, un momento clave para hundir la moral del Getafe. Se gustó el Sevilla en la segunda mitad. El Getafe se borró y el partido se deslizó hasta su final de penalti en penalti. Vigaray hizo dos y se fue con roja a los vestuarios, anotados por Banega y Gameiro. Wanderson arrolló a Mariano para que Konplyanka cerrara su descollante actuación, que anticipa la irrupción en la Liga de un futbolista descomunal. Banega, Gameiro y el propio Konoplyanka marcaron cada uno un penalti, un hecho inédito en la Liga y, por lo tanto, en la historia del Sevilla.