París espera a Di María
"Él tiene mucha ambición y sabe que el PSG lo ha fichado para ganar estos partidos tan igualados", afirma su compañero Pastore
Se abrió el cielo plomizo sobre París y un rayo de sol iluminó a los niños que gritaban emocionados frente al Hôtel du Collectionneur, este miércoles por la mañana. Los jugadores del Real Madrid acababan de desayunar y el presidente, Florentino Pérez, salía por la puerta principal de este establecimiento que rinde homenaje a la edad dorada del art déco francés. El mandatario se subió a un coche rutilante, vigilado por la gendarmería, mientras calle abajo, por la Rue de Courcelles, pegado al móvil, dejándose llevar sin reparar en los palacios ni en los bulevares caminaba José Ángel Sánchez, director general corporativo madridista y principal administrador del club.
Sánchez lo mismo sirve para interceder entre el presidente y el entrenador que para despachar con los médicos y firmar los traspasos. Sánchez, sin ir más lejos, autografió la compra de Ángel di María al Benfica en 2010 por 35 millones de euros y luego estampó su rúbrica en la venta del argentino al United en 2014 por 80 millones en una de las operaciones más útiles que ha realizado el club en los últimos años. Tan útil que los socios compromisarios agrupados en la Asociación Valores del Madridismo consideran que sin esa plusvalía el Madrid habría tenido pérdidas en el cierre del ejercicio 2013-14.
Di María jugó una temporada en el United. Hasta que su mánager, Louis van Gaal se hartó del tremendo salario que le pagaba, unos ocho millones de euros netos anuales, convencido de que su rendimiento no merecía semejante desembolso. El United lo vendió al PSG este verano a cambio de 63 millones de euros y esta noche Di María coincidirá en París con sus antiguos jefes y compañeros.
El zurdo de Rosario es uno de los jugadores que más dinero ha movido en la historia del fútbol: casi 200 millones de euros en traspasos, sin contar con las comisiones. A sus 27 años, está en la flor de la edad futbolística, pero viene de realizar un año mediocre en Inglaterra, influido por una lesión y por la inestabilidad del United. En París la hinchada espera que ofrezca algo más. "Su debut de temporada ha sido normal", dijo este martes Laurent Blanc, el entrenador del PSG. "Ni excelente ni malo. Él es consciente de que esto es natural cuando atraviesas un periodo de adaptación. Pero yo espero que él haga un muy buen partido contra el Real".
Blanc utiliza a Di María como extremo derecha. Sus actuaciones en la Ligue 1 son correctas, pero es difícil calibrar su verdadero estado de forma en un torneo donde la superioridad del PSG resulta tan desproporcionada respecto a los demás equipos. Javier Pastore, el mediapunta argentino del PSG, muchas veces sacrificado por Blanc para colocar a Di María en un esquema que no admite más de un enganche, opina que su paisano debe exhibirse esta noche contra el Madrid. "Él tiene mucha ambición", dice Pastore, "y sabe que el PSG lo ha fichado para ganar estos partidos tan igualados".
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