El Madrid gana al Levante con tres guantazos
Los de Benítez liquidan a un meritorio equipo granota gracias a su pegada y a otra gran versión de Keylor
Tres directos a la mandíbula y partido liquidado. Dos veces bajó la guardia el Levante y un birle de Marcelo y otro de Kroos le dejaron en la cuneta en un partido nada coral, solo con puntualidades episódicas del Real Madrid. El equipo de Rafa Benítez estuvo pasivo en muchas fases, sobre todo al inicio, con las posaderas cerca de Navas, lo que iluminó a su rival, de plácida acampada inicial por Chamartín hasta que se vio por arte de magia en desventaja.
Jugaba el Levante, echaba un vistazo el Madrid. Hasta que el conjunto local subió de amperios y con dos mordidas se bastó para descorchar el encuentro. Un poco de intensidad fue suficiente, a la espera de un broche final. Y qué broche, un golazo de Jesé al cierre del encuentro. El canario sacó la cadena a Simao con un pedaleo genial sobre la pelota antes de empotrarla en la red de Rubén. Pura clase. Una estupenda bajada de telón a otra cita irregular de los madridistas. Un partido un millón de veces visto, curso a curso: rivales que se ven pintones y casi ganadores a los puntos en el Bernabéu y se largan contrariados, sin más explicación para la derrota que el mazo ocasional del Madrid.
El Real no se activó hasta que Marcelo dio el primer apretón. Por fin alguien de blanco acogotó a un adversario y el brasileño le sustrajo la pelota a Morales, hizo un brindis con Cristiano y remató la jugada con un tiro al rincón izquierdo de Rubén. De sopetón, Deyverson, que había flirteado con el gol segundos antes, cabeceó sin que ningún defensa blanco le abrochara y dejó el paradón de cada día de Keylor Navas, felino a ras de suelo con el balón en los morros. No hay jornada que no deje traza el portero costarricense. Lo que dice mucho y bien del meta, pero retrata la flojera del Madrid, que no hay partido que dé sosiego a su primer guardián. Concede mucho más de la cuenta ante contrarios de todo pelaje. Igual le sucedió ante los granotas. El desequilibrio se perpetúa, también con Benítez, afamado por formatear equipos pétreos y acorazados.
A la excelente intervención de Navas ante Deyverson respondió Kroos, que interfirió un pase del zaguero Feddal. El alemán enchufó a Cristiano, que, en el balcón del área, cargó, apuntó y adentro. Cuatro jugadas definitivas para resolver la trama, cuatro ráfagas individuales que subrayaron la diferencia entre unos cromos y otros: de Keylor a Marcelo y CR pasando por Deyverson. Fogueo del Levante y dinamita del Madrid, la que no tuvo ante Sporting, Málaga y Atlético. Este Real aún es imprevisto. El gol le va y le viene, es desigual en las dos áreas. Le ha ocurrido con todos en plenitud y en jornadas de montonera en la enfermería, donde habitan estos días Sergio Ramos, Benzema, Modric y Carvajal.
Real Madrid,3 - Levante,0
Real Madrid: Keylor Navas; Danilo, Varane, Nacho, Marcelo; Kovacic (Marcos Llorente, min. 76), Casemiro, Kroos; Isco (Jesé, min. 68) Cristiano Ronaldo y Bale (Lucas Vázquez, min. 46).
Levante: Rubén; Morales, Simao, Zou, Juanfran, Toño; Víctor, José Mari (Lerma, min. 61), Camarasa; Roger (Ghilas, min. 52), Deyverson (Rubén García, min. 74).
Goles: 1-0. M. 26. Marcelo. 2-0. M. 29. Cristiano. 3-0. M. 82. Jesé.
Árbitro: Sánchez Martínez. Amonestó a Kovacic, Morales, Zou, José Mari, Deyverson.
Estadio Santiago Bernabéu. En torno a 72.000 espectadores.
Del juego en sí poco tuvo que reprocharse el cuadro de Lucas Alcaraz, que se desplegó con personalidad, sin arrugas, con tres centrales para blindar a Cristiano y al Bale que intenta graduarse como delantero central, ventiló el fútbol con el remar de sus dos laterales y siempre sostuvo a dos puntas. Solo se fue a la lona con dos guantazos precisos. Al Madrid, en días grises, le suele valer con cerrar el puño de forma esporádica. Por ahí selló la victoria ante los azulgrana.
Los de Benítez nunca fueron un equipo redondo. Ni siquiera con el buen hacer de Casemiro, que apunta alto como ancla y da riendas a Kroos, y Nacho, que juega tan poco como pocas tachas merece. Dos tipos, Casemiro y Nacho, que con eficacia y tajo permiten liberar a los mejores peloteros. Pero a su alrededor no hubo fluidez, gobierno. Apenas hubo revuelo de gente como Isco y Kovacic, que tramitaron sin más el choque, o de Danilo, que va a tirones, imprecisos muchas veces. Bale, tras las romerías con Gales, se fundió en un acto y el Madrid quedó suspendido de Keylor, que también en el segundo tiempo tuvo presencia, y algún cazador en ataque. Idas y venidas hasta que irrumpió Jesé con su gol de tronío, el que no tuvo el duelo. Más de 90 minutos para tres flechazos. Un, dos, tres, fin de un Levante meritorio y bingo para un Madrid sin mucho cuajo.
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