Nadal contiene al gigante Karlovic
En una nueva demostración de crecimiento, el español resiste al bombardeo de Karlovic (7-5, 6-7 y 7-6, después de dos horas y 43 minutos) y se encontrará en los octavos con Raonic
Bola a bola, punto a punto y partido a partido, Rafael Nadal va recuperando el temple. Si en Pekín ya ofreció señales de que su retorno no es ninguna utopía, de que va puliendo la técnica y ahora todo responde más que nada a una cuestión mental, su puesta en escena en Shanghái fue una nueva demostración de que transita por el camino adecuado. En su estreno, Nadal contuvo el bombardeo de Ivo Karlovic en un pulso que volvió a confirmar que ahora encuentra soluciones donde hace poco no había salidas. Venció el de Manacor (7-5, 6-7 y 7-6) y en los octavos se topará con otro pegador de altura, el canadiense Milos Raonic (6-4, 6-7 y 7-6 a Roberto Bautista).
Próximo a las tres horas, el partido contra Karlovic evidenció que Nadal ha subido el pistón de su juego. Y eso que el croata, el hombre que recientemente tuvo el honor de convertirse en el sacador más certero de la historia, no era una prueba fácil. "Intentas leer un poco su servicio, pero es como detener un penalti... Te tiras a un liado y si hay suerte...", apuntó el campeón de 14 majors después de neutralizar al gigante, que puso a prueba el escudo de Nadal y, por encima de todo, su entereza en los puntos de riesgo.
"Jugar contra él y empezar con una ruptura es un jarro de agua fría", subrayó el español, muy entero esta vez pese a comenzar a remolque frente a un adversario que no suele ofrecer indultos con viento a favor. Porque Nadal se recompuso de inmediato, dio un paso al frente y pasó al contraataque. Restó como hacía tiempo que no lo hacía, un hecho que tuvo reflejo cuando con 5-5 firmó tres devoluciones ganadoras, aprovechando las subidas descontroladas de Karlovic. Ató el primer parcial con cuatro juegos consecutivos y dos breaks.
A continuación, otra dosis de autocontrol. El segundo set se escapó en el desempate, merced al terrible martillo de Karlovic, pero en el tercero resistió a la palanca del cañonero de Split, que como contrapartida sufre una inmensidad en los desplazamientos laterales. "No sé si es suerte o si es casi un milagro. Lees el saque, aguantas y pones la raqueta...", describió Nadal, cada vez más entonado, lo suficiente como para neutralizar los 24 aces y los 52 winners de su rival con 26 derechas definitivas y solo 14 errores no forzados, por los 49 del balcánico.
En términos de actitud, concentración y control de mis emociones ha sido un partido fantástico"
“En términos de concentración, actitud y control de mis emociones ha sido un partido fantástico", precisó Nadal; "ganar 7-6 en el tercer set es muy importante para mí, porque creo que en ese tie-break no perdí ni un solo punto con mi saque y eso es porque tenía mis emociones controladas. Eso para mí es lo más importante de hoy".
Otra muestra de un presente más amable. Una realidad que le cita ahora con Raonic, 24 años y número nueve del mundo. Cincelado por Ivan Ljubicic, de ofensiva feroz, el canadiense supondrá otro ensayo de altos vuelos en un tramo del curso que Nadal define como un "calentamiento", de cara a 2016. Entre ambos, hasta el momento, cinco triunfos para el español y uno para Raonic, el mas reciente: en los cuartos de Indian Wells, este año.
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