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“En nuestra mejor versión podemos ganar a cualquiera”

El ala inglés Jonny May, renacido tras ser cortado durante el Seis Naciones, analiza las opciones de su selección

Jonny May, durante el partido contra Fiji, el viernes 18.
Jonny May, durante el partido contra Fiji, el viernes 18.ADRIAN DENNIS (AFP)

Sentado junto a un grupo de seis periodistas en el Pennyhill Park Hotel, el refugio donde la selección inglesa busca aislamiento, Jonny May registraba sus primeras heridas de guerra, con una gran costra cubriendo su rodilla derecha. Sus magulladuras, producto de un placaje en el partido inaugural contra Fiji, son solo la corteza del enorme deber que supone defender sede para una generación tan joven. Precisamente, esa ambición, a veces inconsciente, es su gran respuesta a las dudas. “Creemos que en nuestra mejor versión podemos ganar a cualquiera”, ha asegurado este lunes, mitigando en lo posible el fondo de armario que había exhibido Nueva Zelanda el domingo contra Argentina. “Es increíble cómo se adueñaron del partido y nosotros necesitamos jugadores que hagan lo mismo”.

May es ahora un fijo en los planes de su técnico, Stuart Lancaster, tras ser una pieza protagonista en los amistosos previos al torneo que Inglaterra disputó en Twickenham contra Francia e Irlanda. Sin embargo, hace unos meses sus opciones no parecían tan claras. El técnico prescindió de sus servicios antes del partido más exigente del Seis Naciones, la visita a Dublín para medirse a Irlanda. El disgusto llegaría tras dos errores muy visibles en las primeras semanas del torneo.

El ala, de 25 años, asumió el reto anímico y resurgió para asegurarse un lugar protagonista en una cita irrepetible. Tras su estímulo, Lancaster recibió la respuesta que esperaba y le definió como el jugador más destacado de la primera parte de la preparación. “Realmente tiene la lengua entre los dientes. A veces pasa cuando cortas a un jugador. Pueden lamentarse, o darse la vuelta y decir: ‘Vale, voy a trabajar más duro en mi juego’. Es lo que ha hecho él”, señaló el técnico en agosto. Ante la duda, May tiene clara su respuesta: “Lo correcto es jugar con ambición”.

El abultado desenlace del encuentro contra Fiji (35-11) esconde el tramo de apuros que pasaron los locales, poseedores de apenas siete puntos de ventaja con menos de cuarto de hora por jugar. “Habría sido diferente si hubieran anotado sus patadas, pero tuvimos el control en todo momento, ya fuera por errores o por falta de disciplina”, analiza May, aliviado por haber superado al fin la primera hoja del calendario. “Es agradable haber pasado ese primer partido, teníamos un largo camino hasta él, pero sigue habiendo mucha presión aquí. Es una semana muy importante para nosotros”.

Ese despliegue de exuberancia física que define a May es exponencial en el caso de George North, la gran amenaza de Gales cuando ambas selecciones se enfrenten el sábado por no acercarse a la eliminación, un deshonor que también deberá evitar Australia, pues uno de los tres no llegará a cuartos. “North es un jugador de talla Mundial. No diría que tenemos un plan solo para él, pero no puedes dar espacio a jugadores así”.

El hotel inglés, situado junto a la M3 londinense, junto a Bagshot, en el suroeste a más de 50 kilómetros del centro de Londres, cumple su función de escapatoria, una zona fantasma, sin apenas viandantes en un kilómetro a la redonda. Un entorno a veces irreal con el que debe lidiar un grupo que también desconoce cómo se resiste a una convocatoria tan larga “Es bueno salir un poco de Pennyhill, sacar al perro y hacer cosas normales, como recoger los pedazos de un plato que se ha roto”, resume entre risas May, un jugador que ya conoce el camino de las segundas oportunidades.

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