Pau Gasol: “Jugaré ante Grecia sí o sí”

Los biorritmos de la selección española de baloncesto se concentran en los 2,15m de Pau Gasol. Su respiración marca la sístole y la diástole del equipo y en su pulso habitan las constantes vitales del grupo. Por eso un escalofrío recorrió a toda la expedición española cuando acabado el calentamiento y a pocos instantes para comenzar la interpretación de los himnos, Pau se dirigió a los miembros del cuerpo médico y, después de un breve intercambio de impresiones, se marchó a paso ligero rumbo a los vestuarios. "Sentí unas molestias en el gemelo, un pinchazo justo al final del calentamiento", explicó el jugador. "Afortunadamente, he podido jugar sin forzar mucho y sin cargar el músculo y espero que no vaya a más. Creo que es algo leve. Estaré ante Grecia sí o sí. No voy a tirarme del barco ahora. Nunca lo he hecho y no sé hacerlo", sentenció en su firme discurso de compromiso tras rendir a Polonia con 30 puntos y un 6 de 7 en triples.

Los de Scariolo escucharon la melodía nacional huérfanos de su líder y con Rudy Fernández, baja ante Polonia por la negativa evolución de sus problemas de espalda, al frente de la formación. A la carrera y a pocos segundos del comienzo del partido, Pau Gasol regreso a la pista, se incorporó precipitadamente al corrillo donde el seleccionador repartía las últimas instrucciones y se sumó al quinteto inicial. Algo pasaba porque su primera decisión fue cederle el salto inicial a Nikola Mirotic, que perdió la pugna con la mole polaca, Gortat. Entre tanto, con el rostro demudado, Pau intentaba aterrizar en el partido mientras resolvía su debate interno. El pívot de Chicago pareció encontrar las sensaciones que buscaba y embocó la primera canasta de España a los dos minutos, el primero de los tres bingos que cantó en el parcial inicial.

Pero algo no iba bien. Mediado ese primer cuarto, Scariolo llamó a Felipe Reyes para saltar a la pista en sustitución de Pau, pero éste frenó el cambio con un gesto de calma que solo valió para acrecentar el nerviosismo del banquillo español. Se reanudaron las reuniones de estado de excepción, primero entre los médicos y los físios, después entre los entrenadores. Mientras todos tiritaban, Gasol seguía calentando. Jugó el primer cuarto completo y ocho minutos del segundo, llegó al descanso con 15 puntos —con un 3 de 3 en triples; 6 de 6 en tiros de campo— y tres rebotes, pero algo no marchaba bien.

Al regreso de los vestuarios, se descubrió el epicentro del problema. El pívot de Sant Boi regresó a la cancha con un discreto pero contundente vendaje en su pierna derecha, entre la articulación de la rodilla y la parte superior del gemelo, a la altura de la corva. Las constantes preguntas, con cara de susto, de sus compañeros para certificar su estado físico, la aplicación de hielo sobre el vendaje a cada viaje al banquillo y el gesto torcido del jugador dispararon las alarmas para el presente y el futuro de España en el campeonato.

Antes del partido de octavos ante Polonia, Pau sumaba 93 partidos en torneos internacionales con la selección con una media de más de 20 puntos por partido. En el presente Eurobasket, el tótem de España lidera las estadísticas de anotación y tapones, está asistiendo más que nunca y ante Polonia batió su marca personal de triples con un sobresaliente 6 de 7. Solo en tres de sus 14 temporadas en la NBA superó los seis triples. A falta de tres minutos, y con 30 puntos y 7 rebotes en su hoja de servicios, fue sustituido por Scariolo ante la ovación del público francés, hostil hasta ese instante. Acabado el partido, y tras admirar su muñeca, todos se pusieron a mirar a su pierna derecha. De su estado dependen gran parte de las opciones de España.