El Sevilla no arranca

Preocupante Sevilla, al que le queda un mundo por delante. Lejos de la mejor versión de la pasada temporada, el conjunto andaluz necesita acoplar demasiadas piezas y no arranca. Dos puntos de nueve posibles son su bagaje en este triste inicio de Liga. El equipo acumula problemas en defensa, juega a ratos y muchos de los futbolistas que han llegado necesitan adaptarse a lo que exige Emery. En definitiva, el Sevilla está en plena fase de construcción y necesita tiempo. No se lo dio un buen Levante, que realizó una estupenda segunda mitad, llena de garra e intensidad, para ser mejor que el Sevilla.

El conjunto andaluz tuvo buenos minutos en la primera parte, cuando se adelantó con un golazo de Nzonzi. Después se diluyó, con un juego insípido, perdido en mil y una batallas individuales. Unas sensaciones que no cuadran con el presunto potencial de la escuadra andaluza. Solo Vitolo estuvo a la altura. Jugadores como Nzonzi, Konoplyanka o Llorente no se encuentran cómodos y sufren más de la cuenta. Sin la apabullante presión que ejercía la pasada temporada, el Sevilla intenta tocar sin velocidad ni desborde, convertido, por el momento, en un equipo sin personalidad. El Levante, todo pasión, se llevó un buen punto. En el Sevilla, además, pasan cosas raras, como la precipitada salida del campo de Kakuta, las dudas que Beto despierta en la portería y la falta de gol de sus delanteros, Llorente incluido. Solo las victorias podrán enderezar el rumbo de un equipo que está claramente por hacer. Si bien es cierto que con el 0-1 Vitolo pudo hacer el segundo y hubo un claro penalti de Juanfran en la segunda mitad, la conclusión es que el Sevilla desprende sensaciones preocupantes. Hasta Krychowiak pareció otro, descolocado y lento, acusando los partidos con Polonia. Ahora llega la Liga de Campeones y la competición europea, tan exigente, parece coger al Sevilla en pañales.

Lo poco bueno que ofreció el Sevilla llegó en la primera mitad. No necesitó el Sevilla un apabullante despliegue. Las diferencias entre la nobleza de la Liga y la clase baja son demasiado grandes para exigir esfuerzos innecesarios. Y más todavía con la Liga de Campeones llamando a las puertas del equipo andaluz. Tocado por las bajas en defensa, Emery fue más atrevido que de costumbre y se decidió por jugar con dos delanteros. Llorente y Gameiro ante un Levante con cinco defensas, en evidente repliegue frente a un rival al que trató con enorme respeto.

El Sevilla mandaba por inercia, conducido por un buen Vitolo, para encontrar premio a su dominio en un golazo de Nzonzi. Una acción espectacular en su definición y no menos buena en el inicio, cuando Llorente bajó un balón del cielo para asistir a su compañero. El gol provocó cierta relajación en el Sevilla, que dominaba casi sin quererlo. El equipo de Emery perdió consistencia en el centro del campo, pero su superioridad técnica era abrumadora frente a un Levante con muchas limitaciones. Los locales no llegaron al área de Beto y el Sevilla vivió plácidamente en una primera mitad sin peligro para los andaluces.

El segundo tiempo del Sevilla fue un desastre. Faltó actitud y físico, lo que aprovechó el Levante para comerse a un equipo sin alma. Empató Camarasa bajo palos después de un remate de Ghilas que despejó Beto. El propio portero salvó luego un remate de José Mari mientras el Sevilla se entregaba. Con sus líneas muy despegadas, la mejor ocasión llegó en un buen centro de Tremoulinas que Immobile remató de cabeza hacia la portería de Rubén. Juanfran sacó el balón con la mano, pero el penalti no se pitó. Poco más ofreció el Sevilla, mustio y sin alma ante el empuje del Levante, que se llevó un buen punto ante un rival donde cada futbolista hizo la guerra por su cuenta, algo que no cuadra con los equipos que dirige Emery.