El compromiso de Neymar

Ni tridente, ni pepinos, ni mosqueteros. Esos apodos son de cara a la galería. El trío de ataque del Barcelona, que la campaña pasada cantó más goles que nadie en la historia (122), tienen un apellido secreto. “Tenemos un nombre que usamos, pero no lo puedo decir”, cuenta Neymar. La conexión de los tres delanteros del Barça empieza en un grupo de Whatsapp exclusivo entre los tres y termina en el campo. “Intentamos estar siempre juntos, nos divertimos en los entrenamientos y tenemos afinidad. Cuando nos vemos no solo hablamos de fútbol, también charlamos de nuestras cosas”, completa el paulista, que el sábado pasado compareció por primera vez en la temporada en el Camp Nou. Es decir, se reencontró con sus compinches.

Pero el compromiso de Neymar no descansa solo en sus compañeros de ataque. Este verano el United husmeó en el Camp Nou: 190 millones para llevarse al 11 azulgrana para Manchester. “Yo me enteré de la oferta por la tele”, se hace el distraído el brasileño. Y remata: “No le doy ningún valor porque yo no me quiero ir”. La voluntad de Neymar es una buena noticia para Messi y compañía y un llamado de atención para la directiva del Barcelona. La mejora del contrato del capitán de Brasil, que acaba en 2018, es un asunto vital en los despachos. Aunque tiene una pega: la masa salarial del Barça está en el límite (73% respecto del presupuesto) y los estatutos del club penalizan cualquier desviación financiera.

“Leo es mi ídolo”

No sería la primera vez que el vínculo del delantero con el Barça genere ruido y todavía hoy se desconocen los pactos establecidos. Cuando Neymar llegó a Barcelona, en el verano de 2013, el club oficializó su fichaje por 57,1 millones de euros. Tiempo después, tras la renuncia del presidente, Sandro Rosell, valedor de su contratación, la entidad admitió que el costo fue de 86,2 millones. En cualquier caso, 40 fueron a parar a la empresa familiar (N&N). Una zona gris entre el precio de traspaso y la prima para el futbolista que desde el vestuario se miró y se mira con cierto recelo.

Ajeno a los líos en los despachos, Neymar quería firmar por el Barça. Incluso no escuchó a quienes le aconsejaron que no sería una buena idea compartir escuadra con Messi

Ajeno a los líos en los despachos, Neymar quería firmar por el Barça. Incluso no escuchó a quienes le aconsejaron que no sería una buena idea compartir escuadra con Messi. “Leo es mi ídolo y quiero ayudarlo a ser el mejor del mundo”, soltó nada más aterrizar en Barcelona. Elogios que no sonaron tan dulces en los oídos del argentino. “Al principio Messi lo miraba con cierta desconfianza, no entendía como Ney había dicho que lo venía a ayudar a ser el mejor del mundo, si él ya lo era”, cuentan desde el entorno del brasileño. Una desconfianza que duró poco. “Un día Leo se me acercó y me dijo que yo era su amigo y que me iba a ayudar. Que contara con él para lo que necesite”, ha revelado Neymar en su país.

En la temporada 2013-2014, la primera del 11 en el Barcelona, el argentino y el brasileño compartieron 29 partidos. Entonces, Messi le dio un promedio de 3,27 pases por encuentro a Neymar, mientras que el paulista buscó al rosarino una media de 3,96 veces. Números que se potenciaron la campaña pasada. Jugaron 51 partidos y Messi le dio 6,05 cueros, por los 7,84 que le cedió Neymar. Frente al Málaga, la bota del 11 tenía el foco en el 10: 17 veces lo buscó, mientras que a sus compañeros de la banda izquierda, Jordi Alba e Iniesta, les cedió la pelota 12 y 11 veces, respectivamente. La conexión es correspondida. Messi descansó por igual en el talento del manchego y del paulista: les prestó 14 balones a cada uno.

El feeling entre Messi y Neymar aumenta. El 11 dejó atrás las paperas —“estoy más delgado y acabé el partido cansado”, dijo—, aunque todavía no goleó. “No me marco ningún objetivo; solo quiero ganar títulos”, concluye el brasileño. Cada día más amigo de Messi y Suárez, más comprometido con el Barça y más cerca de ganar más dinero.