Orden atrás y desorden arriba en el Madrid de Benítez
El cuadro blanco, que ha ganado solidez defensiva pero ha perdido lucidez en ataque, recupera a Benzema, que ya se entrena con el grupo
El Real Madrid remató 23 veces en El Molinón, nueve de ellas a portería. No encontró el gol. Igual que contra la Roma, el Milan, el Bayern y el Valerenga en la pretemporada. Van cinco partidos de nueve sin celebrar un tanto. Y eso que con el 4-2-3-1 los blancos juegan con cuatro futbolistas ofensivos (en Gijón fueron Cristiano, Bale, Jesé e Isco).
Lo que siempre fue sinónimo de pegada ahora es sinónimo de cierto descontrol. Los cuatro de arriba tienen libertad para moverse e intercambiar posiciones. Lo hicieron constantemente en El Molinón, con permutas en todo el frente de ataque entre Cristiano, Jesé y Bale. Benítez cree que así el Madrid se hace más imprevisible, que sus jugadores de ataque tienen virtudes tan distintas que mezclarlas les da una ventaja explosiva. Lo volvió a repetir el domingo, después del partido: “Para sacarle rendimiento a los de arriba, hay que darles movilidad y libertad”. De momento, más que imprevisible, el equipo parece algo alocado. Falta el delantero (Benzema) que juegue de espaldas a la portería, que tire paredes y desmarques y que filtre las jugadas del equipo. Sin un organizador del juego de ataque, el Madrid tira de oleadas. Bale, por ejemplo, que se empeña en jugar de mediapunta, demostró que donde mejor se mueve es por las bandas —sobre todo la izquierda—. El galés, precisamente, tuvo su mejor oportunidad por el carril izquierdo, tras una excelente asistencia de Modric que le dejó mano a mano con Cuéllar. Bale, tras regatear al guardameta meta local, estrelló la pelota en el lateral de la red.
Isco, por su parte, careció de socios, mientras que James vio el comienzo del partido desde el banquillo hasta suplir a Jesé en el minuto 55. Con su entrada, el Madrid tuvo más desborde y mayor gobierno.
Benítez lamentó “la falta de precisión” en el juego, el poco acierto en el remate y que el equipo “arriesgara” más pases de la cuenta en el primer tiempo. El entrenador enfatizó, con cierta envidia, los automatismos del rival. “Se nota que llevan tiempo jugando juntos”, dijo el técnico.
Su sistema ha conseguido dar orden y control atrás. Eso sí, con más ataduras para Kroos y Modric, que juegan muy cerca de la defensa y manejan menos el balón y por lo tanto el ritmo del partido; y con menos empuje de los laterales, sobre todo de Danilo, desaparecido durante toda la primera parte. Al Madrid es complicado ahora que le sorprendan en inferioridad numérica: defiende con orden y repliega mejor. Los apoyos de los centrales no faltan cuando hay que tapar agujeros. Pero, curiosamente, ahora está descompensado arriba.
En busca de esa “coordinación” que reclama Benítez quizá sea Benzema el futbolista ideal para lograr ese objetivo. El francés, lesionado desde principios de mes, regresó ayer a los entrenamientos del grupo en Valdebebas. Y no tardó en lanzar un mensaje en las redes sociales: “Para todos esos payasos que quieren hacer creer cosas a mis fans, aquí está mi casa”.
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