Larga vida a Federer
Camino de los 34 años y aspirante a su 8º cetro en Londres, el suizo se exhibe ante Murray (7-5, 7-5 y 6-4) para reeditar la final de 2014 contra Djokovic (7-6, 6-4 y 6-4 a Gasquet)
En Wimbledon, de repente, un sonido majestuoso en La Catedral. Eran los pelotazos de Roger Federer, ese artista eterno que tiene ya siete en su haber títulos del grande inglés y que el domingo aspirará a un octavo. “Espero desquitarme de la derrota del año pasado”, comentaba el suizo, camino de los 34 años, después de ofrecer un recital frente al escocés Andy Murray, al que doblegó por 7-5, 7-5 y 6-4 (en dos horas y siete minutos), para citarse con el número uno del circuito, Novak Djokovic (7-6, 6-4 y 6-4 a Richard Gasquet).
Federer demostró una vez más que está hecho de otra pasta, que por mucho que avance su reloj biológico conserva la esencia de su juego. Frente a Murray, uno de los tenistas más en forma durante todo este año, regaló golpes inverosímiles y edificó su triunfo con el servicio. “Lo había planeado porque sabía que era vital para aguantar en este partido”, señaló; “ahora espero que la final responda a las expectativas y poder resarcirme por lo del año pasado”. Entonces, la moneda cayó del lado de Nole, con el que no mantiene una buena relación.
“La final de Wimbledon es el partido que más se ve en todo el mundo, así que aceptó la responsabilidad. Espero estar al nivel”, indicó el serbio, que en los cruces con Federer tiene un balance negativo: 20-19 a favor del helvético, que ante Murray dejó unos números espectaculares al servicio. Firmó 20 saques directos y retuvo hasta el 84% de los puntos con primeros. Además, sacó la recortada (56 golpes ganadores) y mostró una solidez fabulosa: solo 11 errores no forzados.
Firmó 20 'aces' y retuvo el 84% de puntos con primeros. Además, 56 'winners' y 11 errores no forzados
“¿Son los partidos como este los que te motivan para seguir jugando, Roger?”, le cuestionaron al ganador de 17 grandes. “Sí, es una de las razones. Siempre supe las razones, pero no necesito explicárselas a todo el mundo. Creo que los aficionados ya lo saben. Al final del día disfruto. Trabajo duro en los entrenamientos y me siento fantástico cuando vuelvo a casa después de tardes como esta”, afirmó.
Después de redondear su excelso palmarés con el último título de la Copa Davis, el gran Federer vive en una eterna juventud. "Roger, puede ser tu octavo título aquí...", se oyó en la rueda de prensa. Y, a continuación, la sentencia: "Da igual si es el octavo o el primero, esto es Wimbledon".
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