Cocodrilos, ¡a desayunar!

Compartiendo la pasión, ese es el lema de esta 102ª edición del Tour de Francia. Y los miles de aficionados agolpados por las calles de Utrecht (Holanda) a lo largo del recorrido de la contrarreloj inicial --llamarlo prólogo no se hubiese ajustado a la realidad--, han comenzado a aplicarse el cuento con fruición desde el primer momento. Y además de pasión, los 20 representantes de los Países Bajos de un total de 198 participantes –la segunda nación más representada después de los franceses--, han compartido la motivación por hacerlo de manera excepcional ante los ojos de su afición; tan sólo hay que remontarse a la posición 14ª para encontramos a su quinto corredor, Bauke Mollema, su baza más sólida para la clasificación general.

Tom Dumoulin, su especialista, aspiraba a todo y verle trazar las curvas a un límite cercano a lo temerario lo corroboraba. Pero ni Tony Martin ni Cancellara, menos temerarios pero igual de efectivos, pudieron con Rohan Dennis, australiano formado por cierto en la cantera de talentos holandesa.

Trataré de plasmar aquí con unas horas de adelanto lo que está por venir en la etapa del día. No jugando a pitoniso, sino anticipando las claves de la etapa venidera a la manera en la que los directores de cada uno de los 22 equipos analizan cada mañana con los corredores en la reunión técnica previa a la salida (que ya todos los equipos denominan briefing). Teniendo siempre en cuenta lo sucedido el día anterior, la situación de la clasificación general, lo objetivos concretos de sus corredores y evidentemente, las particularidades del recorrido de ese día.

Y me valdré de la experiencia acumulada con los diferentes y variados directores deportivos con los que he compartido vivencias. Así que saldrán expresiones prestadas de ellos que se me han quedado grabadas en la memoria.

¡Cocodrilos! Vamos ahí fuera a comérnoslos…(empiezo con una de mis favoritas). 166 kms por Holanda, un país que es una maravilla para el ciclismo recreativo, pero toda una tortura para el ciclismo profesional. Los que habéis corrido el Eneco Tour (Vuelta al Benelux) no necesitáis que os cuente nada, esto no está urbanizado pensando en vosotros. Recordadlo siempre y que no se os ocurra alejar las manos de los frenos en ningún momento. Pero esto es lo que tenéis en la primera etapa en línea del Tour, ya de por sí siempre nerviosa, tensa, difícil y peligrosa.

Las dificultades a señalar son breves: Holanda y el viento. Lo que no es para nada poco decir. Además la meteorología nos habla de posibilidad de tormentas en la parte final, con el riesgo añadido de lluvia y fuertes ráfagas de viento. Teóricamente el viento al final será con componente NO de entre 20 y 30 km/h. No es mucho, pero suficiente para que se formen abanicos en el momento menos pensado –-que no esperado, porque podréis esperarlos en cualquier momento--. Tendréis el primer sprint bonificado en pleno centro de Rotterdam en el km 80 y pasaréis por zonas urbanas especialmente en la fase central de la etapa. No así en la fase final, por la zona de los diques del Mar del Norte que han dado forma a este país; menos peligrosos en ese sentido pero mucho más expuestos al temido viento. Mar a vuestra izquierda y mar a vuestra derecha para encontraros la línea de meta en una isla artificial donde hay un pequeño parque temático, así que no hace falta que os diga nada más, que ya véis la tormenta que está cayendo ahora mismo ahí fuera. Y pensad que todo el mundo querrá estar delante; los equipos de velocistas para jugarse la etapa, y los que aspiran a la general para salvaguardar a sus líderes. ¡Y todos no entráis! Tratad de llegadme enteros que faltan más de tres semanas y os he traído aquí porque os necesito. Suerte y ánimos a todos, y recordad que yo sufro lo mismo que vosotros desde el coche, si no más porque yo sufro por todos vosotros, y sois nueve; así que por favor no me lo pongáis difícil. Vamos cocodrilos… ¡a desayunar!.