La importancia del plan B
A pesar de contar con pulmones de sobra, Colombia terminó respirando con dificultad por una sola fosa nasal
Las estadísticas son crueles, como ese niño malcriado que se burla de un compañero de curso porque un día llega a clase con gafas. Y ese bullying de los números dirá que los penales fueron las únicas opciones de gol claras de Colombia frente a Argentina. Solamente a partir de la definición de disparos desde los 11 metros un futbolista de la tricolor pudo quedar mano a mano con Chiquito Romero.
Preocupante. Más si se tiene en cuenta que el equipo de José Pékerman parecía tener justo en la zona de adelante todos los problemas resueltos y la cantidad suficiente de herramientas como para jactarse ante los demás de su poder ofensivo: James Rodríguez, Víctor Ibarbo, Juan Guillermo Cuadrado, Luis Muriel, Falcao García, Carlos Bacca, Jackson Martínez, Teófilo Gutiérrez… pero de nuevo las estadísticas dirán que el único hombre que marcó de la selección fue Jeison Murillo -de rendimiento superlativo a lo largo del torneo-, en aquel rebote que cazó ante los brasileños.
Con esos mismos nombres seguirá contando el técnico, pensando en octubre,en el instante que comiencen las eliminatorias que van a determinar el camino rumbo al Mundial de Rusia. Pero habrá que imaginar nuevas soluciones, o mejor: habrá que pensar en que se debe mentalmente volver a los tiempos del colectivo para poder soñar de nuevo. Habrá que imaginar también un equipo que pueda descargar sus responsabilidades de forma más equitativa y no solamente en James Rodríguez, el crack del Real Madrid, que debió arrastrar con todo el peso de esta catapulta colombiana que jamás llegó a activarse.
Pocos lo ayudaron a soportar esta densa carga y los rivales supieron aprovechar esa situación agobiando al volante, acosándolo y asfixiándolo cada vez que tenía la pelota. Fue esa razón la que confundió mucho a Colombia en la disputa del torneo porque a pesar de contar con pulmones de sobra, terminó respirando con dificultad por una sola fosa nasal.
Es ahí en el lugar que seguramente el viejo zorro de Pékerman ya está trabajando: tiene que encontrar con los elementos que dispone -que no son pocos-, una nueva vía, diferente a la que ya conocen sus enemigos. Una alternativa distinta a la creación de juego, tan viscosa en Chile. Debe saber anotarse un as táctico bajo la manga para confundir a todos y repartir entre los suyos un nuevo manual de responsabilidades conjuntas. La dependencia de un solo talento es capaz de echar al traste los más grandes proyectos futbolísticos y en este ítem tendrá que cuidarse el técnico para no fallar en la búsqueda de un equipo que no solamente esté en capacidad de prenderle velas a James.
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