Astou N’Dour, la pantera inmutable

La española más alta que ha disputado un gran torneo de selecciones nació en un humilde barrio de Dakar. “Empecé a jugar al baloncesto con seis años. Mis padres eran muy altos y lo practicaron de jóvenes. Tiempo después, cuando mi amiga Aminata Diop vino a España para hacer una prueba con el Gran Canaria le preguntaron si conocía jugadoras con proyección y les habló de mí”, cuenta Astou N’Dour para resumir su viaje hasta convertirse en uno de los referentes de La Roja en el presente Eurobasket. El equipo de Mondelo, invicto y ya clasificado para cuartos, busca obtener el billete olímpico y revalidar el título en el campeonato que supone el debut en la absoluta de la joya senegalesa de 1,98m. La baja de la caribeña Sancho Lyttle aceleró su rodaje y ya es la tercera jugadora en minutos (25 por partido) tras Alba Torrens y Marta Xargay, la segunda en anotación (14,2 puntos) y la líder indiscutible en rebotes (9,5). España se enfrenta hoy a Rusia (18.00, Teledeporte) en busca de la primera plaza del grupo. Si ganan disputarán los cuartos contra Montenegro; si pierden, el cruce será ante Bielorrusia.

Llegó a Las Palmas en 2008, con 14 años, y en su primer entrenamiento a las órdenes de Domingo Díaz apenas aguantó 10 minutos. Pesaba 58 kilos y tenía anemia (ahora pesa 65). El técnico y exseleccionador y su mujer y también entrenadora, Begoña Santana, la acogieron en su casa y la sacaron adelante. Un año después, en el Campeonato de España júnior —siendo cadete (dos años menos de la categoría)— se dio a conocer con un mate a dos manos en un partido. Lo nunca visto en el baloncesto femenino español.

El 17 de junio de 2011, el Consejo de Ministros le otorgó la nacionalidad española al tiempo que comenzaba a coleccionar hitos. Con 19 años se convirtió en la 12ª jugadora en debutar en la WNBA, la más joven; y a los 20, ya suma cuatro medallas con las categorías inferiores de la selección.

“No tiene la potencia física de Sancho, pero es de esas jugadoras que no te enteras y te ha metido 15 puntos y te ha cogido 10 rebotes”, explica la capitana Laia Palau que certifica su integración en un grupo. “Tiene ganas y calidad y el talento que la rodea le hace brillar aún más. Es tranquila, con la cabeza bien amueblada, y está arropada”, dice el seleccionador, Lucas Mondelo. “Parece tímida pero es muy divertida. Es del Barça y cuando ganaron la Champions vaciló a las madridistas. En el juego y en el trato demuestra una madurez forjada en haber pasado una vida difícil. En su mirada se ve la lucha para llegar hasta aquí”, apunta Víctor Lapeña, ayudante de Mondelo. “Profesa la religión musulmana, está casada y sus 20 años no son los de una niña de aquí”, añade la también ayudante Isa Sánchez. “Vive las responsabilidades de una manera muy madura, pero no hay que exigirla en demasía ni saturarla de información. Cuando juega feliz y libre es una máquina”, concluye.

“El baloncesto español tiene un futuro brillante y es un orgullo que me consideren importante en ese futuro. No he venido aquí para estar tímida, vengo a aportar y a hacer lo que me pidan”, cierra N’Dour. España tiene un diamante.