El CSD premia la aportación del Estudiantes al baloncesto

Uno de los rasgos distintivos del Estudiantes a lo largo de su larga historia, de 67 años de recorrido, es su cantera, que ha surtido de jugadores y técnicos al baloncesto español y europeo. Esta aportación ha sido valedera para recibir la máxima distinción que concede el Consejo Superior de Deportes, la Placa de Oro al Mérito Deportivo. Aprovechando la concesión del galardón, este jueves se celebró un acto con aires de gala en el que homenajear a algunas viejas glorias y repartir los nuevos premios Todos somos estudiantes. Algunos de los mismos fueron a parar a patrocinadores. Fue patente el interés por mostrar el valor que tiene apoyar a una de las instituciones más emblemáticas del deporte español. No en vano, los apuros económicos han sido una realidad reciente para la entidad colegial.

Siguiendo los compases que marcaba la batuta de la televisiva Izaskun Ruiz y de Iyi Martín, el speaker del Estudiantes en el Palacio de los Deportes, el auditorio del Distrito Telefónica fue sala de proyecciones —hasta cuatro vídeos aparecieron en la pantalla— y escenario por el que pasaron antiguos jugadores, empresas colaboradoras y los otros premiados. La familia Martínez-Arroyo, los hermanos Sagi-Vela, Aíto García Reneses o Nacho Azofra fueron algunos de los mitos que salieron al estrado para recibir distinciones.

Se trataba de los recién creados Premios Todos somos estudiantes, que fueron a parar, por este orden, a Telefónica —Movistar es el flamante patrocinador del club estudiantil desde el pasado mes de diciembre—; los fundadores del club, encabezados por Rafael Laborde; el IES Ramiro de Maeztu; Jorge Alonso, jugador de la cantera que ha superado recientemente un cáncer; el patrocinador Ahorramás; el campeón del mundo de patinaje artístico Javier Fernández, y la Fundación Síndrome de Down Madrid.

Antes, el club había recibido la mencionada Placa de Oro. Después, Miguel Ángel Bufalá, presidente del club, leyó un discurso en el que presumió de una cantera que cuenta con 1.000 jugadores, equipos femeninos en todas categorías y plantillas inclusivas para personas con discapacidad. También hubo encarecidos agradecimientos a las ayudas económicas de los últimos tiempos —“sois necesarios, podéis y debéis sentiros de la familia Estudiantes”— y promesas de que, de aquí a 2020, “el Estu escribirá las páginas más brillantes de su historia”.