Nadal afila su servicio
Sólido con los saques e incisivo en la red, el número 10 se impone al australiano Tomic (6-4, 6-7 y 6-3) y alcanza las semifinales de Stuttgart, en las que se medirá a Monfils
Sabe Rafael Nadal que toda opción que pueda tener en este tramo de la temporada, sobre el césped, pasa por su servicio. En el pasto, desde la baseline, no caben medias tintas: o ejecuta o le ejecutan. Así de crudo y de sencillo; o afina el primer golpe o le lloverán balas. Conoce de sobra la consigna el número 10 del mundo.
Por eso, ante un magnífico pegador como es Bernard Tomic, un australiano que se eleva 196 centímetros desde el suelo y tiene un bazoca en el brazo derecho, se aplicó el cuento. Después de una puesta en escena un tanto tibia en Stuttgart, el día anterior ante el chipriota Marcos Baghdatis, el español afiló su juego y logró un billete para las semifinales al vencer por 6-4, 6-7 y 6-3, tras dos horas y 20 minutos. Le espera ahora el francés Gael Monfils, 16 en el ránking, verdugo este viernes de Philipp Kohlschreiber (7-5, 3-6 y 6-3).
"Necesito jugar más agresivo", incidía el español antes de encarar a Tomic. Y así lo hizo Nadal, que esta vez jugó más dentro de la pista, un par de pasos por delante de la línea de fondo, y golpeó más encima de la pelota. Solo así podía neutralizar a un bombardero como el australiano. Tenía que tomar la iniciativa y se aplicó desde el servicio. Arriesgó, de ahí sus cinco dobles faltas, pero sus saques alcanzaron picos de 209 km/h y firmó 14 puntos directos, los mismos que su rival.
Retuvo hasta un 80% (60/75) de puntos de esta forma, por el 77% (51/66) de Tomic, un jugador que se siente especialmente cómodo en los partidos que transcurren por la vía directa. Pero en esta ocasión el que marcó el ritmo fue Nadal, sólido (privó a su adversario de hasta ocho bolas de ruptura, de nueve) e incisivo, bien dispuesto para el saque-volea que precisa el juego sobre la superficie verde. Aseguró la primera manga y aunque entregó la segunda después de tener un match-ball, se sostuvo en la tercera. Durante el receso de las dos últimas, tuvo que ser atendido por el fisioterapeuta del torneo a causa de unas molestias en el pie izquierdo. Vendaje, al compás de King of the Bongo, de Manu Chao, y a correr de nuevo. Nada serio.
"Estoy contento, creo que he jugado mejor que ayer", comentó tras el partido. "Él es un gran jugador y la hierba es una de sus superficies favoritas, así que es muy positivo para mí alcanzar las semifinales de este torneo", zanjó antes de ir a jugar otro partido junto a Feliciano López y seguir adquiriendo kilometraje sobre el césped. Ante Monfils, siguiente escollo, dominio: 10 victorias en 12 duelos, ninguno de ellos sobre hierba.
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