El Racing llega al límite
Un gol postrero de Osasuna condenó a 2ª B a un equipo con serios problemas económicos
Entre los equipos que señaló Javier Tebas en peligro el pasado mes de septiembre estaba el Racing de Santander, un clásico de las últimas temporadas en los vaivenes de despachos. Un gol postrero de Osasuna en Sabadell acabó por condenarles a un descenso que se barruntaba y ante el que, paradojas del fútbol, miran ahora hacia posibles desplomes en otras latitudes para evitarlo. “Estaremos muy atentos a la vía administrativa”, anuncian desde el club cántabro, que en las últimas cuatro temporadas nunca ha repetido categoría: en 2012 bajó de Primera, en 2013 se fue a Segunda B y el año pasado logró ascender.
Ahora regresa al pozo con la obligación de dejarlo de nuevo al primr intento. Saldrán futbolistas (sólo ocho tienen contrato en vigor) y es previsible que se malvendan promesas de su prolífica cantera. Antes del 31 de julio habrá que cumplimentar un pago a Hacienda de 5 millones de euros por IRPF impagado y el pasivo total del club se cifra cercano a los 35. Entre lágrimas, Pedro Munitis, que trató sin éxito de salvar al equipo de este traumático descenso deportivo, lamentó tras la amarga victoria en Albacete el destino de una entidad tan maltratada. “El fútbol no está siendo justo con nosotros. Tenemos una grandeza que hace que incluso en los peores momentos la gente se vuelque”. Será él otrora pequeño extremo del Barrio Pesquero, uno de esos corazones que laten por el Racing, quien siga al frente del equipo juegue en la categoría que juegue.
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