El Sporting asciende a Primera tras la desgracia del Girona
El conjunto catalán encaja el empate ante el Lugo en el descuento y da la segunda plaza a los asturianos
Un final dramático propició el ascenso a Primera División del Sporting de Gijón cuando menos se lo esperaba. El Girona lo tenía todo a favor y vencía en su partido ante el Lugo, que no se jugaba nada. Pero un gol de Caballero en el minuto 92 daba el empate al conjunto gallego y quitaba la gloria a los catalanes. Aún hubo tiempo para que se anulase un tanto a los locales por claro fuera de juego y para que el árbitro suspendiese el choque después de que una botella impactase en un juez de línea. Tras casi media hora con los jugadores en el vestuario y con las gradas de Montilivi vaciándose, el colegiado decidió que se jugasen los 40 segundos cuando nadie contaba con ello. No ocurrió nada en ese corto espacio de tiempo y el Sporting, que había hecho su trabajo venciendo 0-3 al Betis, se veía beneficiado de la carambola y retorna a Primera tres años después.
En otro final de infarto se decidió la última plaza de descenso que quedaba por ocupar. El Racing de Santander jugará en 2ª B el próximo curso después de que el Osasuna igualase ante el Sabadell a 2 con un gol de Javi Flaño en el descuento. La sexta plaza, que da derecho a jugar el playoff de ascenso, fue finalmente para el Zaragoza. Las eliminatorias para buscar el último tren a Primera comenzarán este miércoles y enfrentarán a Las Palmas y Valladolid, y Girona y Zaragoza.
Agresión, lágrimas y esperpento en Girona
Todo parecía listo para el ascenso, con el Girona por delante y a falta de cuatro minutos para la conclusión y para la gloria, para la gesta de un club que podía subir por primera vez en su historia a Primera División. Pero Caballero se elevó por encima de todos y cazó un balón colgado al punto de penalti y lo remató de cabeza, picadito y a contrapié del portero Becerra. A gol. Todo un mazazo del Lugo y un hachazo para el Girona, que perdió los nervios y la compostura al final, cuando Lejeune replicó en el área opuesta con un testarazo que también embocó a gol. Era el tanto de la victoria, del ascenso, pero el linier lo invalidó de forma correcta porque era fuera de juego. Y ahí explotó el estadio y también el banquillo del Girona al completo, que saltó como un resorte para protestar sobre el juez de línea de mala manera. Y con el tumulto creado, un espectador lanzó una botella de agua llena que le alcanzó de pleno al auxiliar en el cuello. Suficiente para que el colegiado Sánchez Martínez decidiera suspender el encuentro a falta de un minuto y medio. Pero el esperpento no se quedó ahí.
Con los nervios a flor de piel, los jugadores del Lugo y del Girona se buscaron y se encontraron con empujones, malas palabras y se desconoce si algo más, tapados por la lona del túnel de vestuarios. “¡Manos arriba esto es un atraco!”, gritaba enfurecida la muchedumbre, también alimentada por la gresca de los futbolistas. “¡Tongo, tongo!”, proseguían desde las gradas. En ese momento, sin embargo, los jugadores del Girona se dieron cuenta del destrozo, del calentón, y desparramaron lágrimas e impotencia para tumbarse al suelo, definitivamente vencidos.
“El árbitro ha dado por finalizado el partido. No creo que se tenga que jugar. La situación estaba complicada porque faltaba un minuto y pueden pasar muchas cosas. Lo más aconsejable era finalizarlo. No sé cómo quedará…”, se arrancó ya en la rueda de prensa posterior Quique Setién, técnico del Lugo; “es que se ha calentado porque los jugadores del Girona lo tenían en la mano y no lo han podido hacer. Nosotros hemos competido hasta el final que era nuestra obligación…”. “¡Para, para!”, le cortó un periodista; “que se tienen que jugar los 40 segundos”. Y Setién, con el semblante de asombro, se levantó. Surrealismo absoluto, fútbol de pandereta. “Han llamado desde la federación y han exigido que jugáramos lo que faltaba. Nada más”, comentó al final Setién.
Así, media hora después de la interrupción, ya con el estadio semivacío porque los aficionados se habían ido a casa, se reanudó el encuentro. Insultos para el trío de colegiados; ánimos para los jugadores del Girona, que volvían a calentar sobre el césped. 90 segundos después, el árbitro levantó los brazos y pitó el final para correr hacia los camerinos. No les dio tiempo a los jugadores a llorar porque la afición, para rematarlo, saltó en masa al campo para consolarles y, de paso, crear una manifestación esporádica.
“¡Manos arriba, esto es un atraco! ¡Manos arriba, esto es un atraco!”, gritaron todos delante del túnel de vestuarios al tiempo que desde la megafonía solicitaban que regresaran a sus localidades. No hicieron ni caso. “¡Puta Betis!”, prosiguieron, a modo de queja porque la victoria del Sporting sobre los verdiblancos les quitó la segunda plaza. “Echarnos la culpa a nosotros es excesivo. Nosotros hemos hecho lo que debíamos, que era dejar el prestigio del Lugo en lo más alto”, resolvió Setién; “la culpa es del Girona por no haber metido más goles. Y todo lo que se quiera ver que no sea esto, es sólo rabia. No íbamos primados”.
Todo un esperpento que acabó con el empate del Lugo y el Girona como tercer clasificado y, por lo tanto, equipo que disputará el playoff. Queda por ver la sanción que le imponen desde la Liga al club porque la agresión sobre el linier y la invasión a buen seguro que tienen represalias y probablemente no sólo económicas, quizá el cierre de las puertas del estadio.
Éxtasis asturiano en Sevilla
Abelardo: “Esto es lo más grande que me ha pasado en mi vida”
“Es de Primera, Sporting es de Primera”, cantó el Benito Villamarín entero, con 3.000 aficionados sportinguistas cantando “sevillista el que no bote”. Fue el punto y final a una jornada inolvidable y de auténtico infarto. Regresa el Sporting a Primera en el que será ya denominado como milagro de Sevilla. Ganaba el conjunto asturiano por 0-3 al Betis y el partido había acabado. El Girona ganaba el Lugo y un gol postrero de los gallegos desataba el éxtasis en Sevilla. El Sporting necesitaba ganar por dos goles si el Girona empataba con el Lugo, pues la igualdad entre ambos equipos ha sido casi total. No solo gritaron y bailaron los sportinguistas, sino también los 20.000 aficionados del Betis que jalearon a los del Sporting. Betis y Sporting, por lo tanto, quedarán hermanados para siempre después de lo ocurrido en esta tarde de junio. Vuelve el Sporting a Primera tres años después de su último descenso. "Ha sido el milagro de la Santina", resumió Abelardo, el técnico del Sporting. Abrazos, saltos y muchas lágrimas pusieron el punto y final ascenso, con jugadores viviendo el día más importante de sus carreras. Tremendo lo ocurrido en Sevilla.
“Esto es lo más grande que me ha pasado en mi vida”, afirmaba Aberlardo en el césped. El entrenador que ha forjado el milagro de este equipo que ha subido con una pléyade de canteranos, con muchos problemas económicos y sin poder fichar jugadores. Con solo dos derrotas a lo largo de la temporada, el Sporting regresa a Primera por la puerta grande y de la manera más increíble posible. Con sus jugadores llorando en el césped, derretidos por los 38 grados de temperatura en Sevilla y en una jornada absolutamente inolvidable. Por el camino, un gol anulado al Girona por fuera de juego que produjo momentos increíbles en el Benito Villamarín
La fiesta asturiana fue el colofón a un partido lamentable por parte del Betis, que ni apretó ni quiso saber nada del encuentro, ascendido como campeón hace ya dos jornadas. Solo el Sporting quiso ganar mientras esperaba noticias de Girona. Porque además de ganar, necesitaba hacerlo por dos goles si los catalanes empataban. 3.000 aficionados asturianos viajaron a Sevilla en busca del milagro. Se escanció sidra en los aledaños del estadio y el Sporting vivió bien gracias a la relajación defensiva de los andaluces. Mientras Girona y Lugo empataban, el Sporting fue feliz. Marcó Guerrero y los de Abelardo disfrutaron de una gran cantidad de oportunidades para hacer el segundo tanto, necesario para subir mientras se diera el empate en Girona. Llegaron el segundo y el tercero mientras los catalanes ganaban al Lugo. Acabó el partido y llegaron cinco minutos de locura. Los jugadores del Sporting enloquecieron después de que llegara la noticia del empate del Lugo y todo lo que vino después fue una fiesta compartida por asturianos y andaluces. Regresa el Sporting. Regresa un histórico en una calurosa e inolvidable tarde de junio en Sevilla.
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