Un equipo 10
La vida del Barça gira alrededor de Messi. A veces juega Messi, en ocasiones Messi juega con el equipo y también hay momentos en que el equipo juega sin Messi. No es extraño ver al 10 cómo se concede un descanso y no atiende al partido, como si se hubiera salido de la cancha, ni tampoco sorprende que dedique un tiempo a escrutar a su marcador y a atender los movimientos del contrario para descifrar mejor la manera de marcar las diferencias, como ocurrió de nuevo en la final de Copa.
Messi se ha apartado a un costado para que el equipo diera un paso adelante y fuera rematado por un ariete clásico como Luis Suárez y enfilado desde la izquierda por Neymar, un delantero dinámico y goleador, tan festivo que a veces sus virguerías enojan a los contrarios, especialmente a la zaga del Athletic. Luis Enrique acabó por montar un equipo para los tres delanteros hasta el punto de que hoy no tiene ningún sentido prescindir de uno o de dos, ya sea el uruguayo o el brasileño, porque no hay quien toque al 10.
Messi se ha apartado a un costado para que el equipo diera un paso adelante y fuera rematado por un ariete clásico como Luis Suárez
A la hinchada azulgrana no se le olvida que la crisis de Anoeta se generó porque en la alineación no figuraban ni Messi ni Neymar, recuperados en la segunda parte por Luis Enrique. A partir de aquella sangrante derrota, los azulgrana han funcionado como un tiro con Messi, Neymar y Suárez. La afición se sabe de memoria la formación que aspira a firmar un triplete que solo se dio en 2009 después de conseguir el doblete por sexta vez en la historia del Barça (1952, 1953, 1959, 1998, 2009 y 2015).
No hay dudas sobre el once que el sábado se enfrentará a la Juve en la final de la Champions si se recupera de sus molestias musculares el capitán Iniesta. Hay un plan con fecha de caducidad: el día 7 en Berlín. A partir de entonces se supone que Luis Enrique desvelará si cumple el año de contrato que le queda y si su respuesta es positiva empezará a planificar la próxima temporada con las rotaciones como bandera después del éxito que han tenido en el estreno del técnico asturiano en el Barcelona.
A excepción de Messi, que practica el descanso activo en la cancha, difícilmente se puede afrontar un ejercicio futbolístico con los mismos delanteros, medios y defensas en cada partido, con la única novedad de los porteros Bravo y Ter Stegen. A la espera de la final de la Copa de Europa, el resultado avala la gestión del cuerpo técnico, que ha acabado por formar un equipo sólido, intenso y competitivo, y dispone de un plantel versátil y profesional, liderado por la mejor versión de Messi.
El primer gol que le marcó al Athletic es la mejor expresión de la madurez del argentino, un compendio de sus virtudes, la prueba irrefutable de su grandeza y liderazgo, ahora mismo el número 1 de un equipo 10.
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