Ancelotti cede el balón a Florentino
El técnico, que se sabe enjuiciado por el presidente del Madrid, dice que quiere seguir y defiende a sus colaboradores
“Yo tengo la confianza, las ganas y la ilusión de seguir porque me gusta entrenar en este club”, dijo ayer Carlo Ancelotti cuando todo el mundo esperaba que entonase los estribillos protocolarios que preceden a las despedidas. El entrenador del Madrid está casi seguro de que el lunes que viene firmará el finiquito. Sospecha que el club ya está en contacto con Rafa Benítez, el último de los aspirantes a sucederle. Pero lejos de hacer una declaración de compromiso, neutra, dijo que está bien así. Cedió el balón al presidente, Florentino Pérez, que ha dejado pasar los días sin dar muestras de apoyo al entrenador por el que apostó en 2013. El partido de hoy ante el Getafe (C+ y GolT, 20.30 horas), en donde ningún equipo se juega nada, convocará a los hinchas en un clima de plebiscito.
Dice un miembro del séquito de Florentino Pérez que al presidente le disgustó oír que Ancelotti manifestaba públicamente que él quería seguir siendo el entrenador del equipo una temporada más. Estas palabras, pronunciadas ante las cámaras en la noche de la eliminación de la Champions, contra el Juventus, representan un condicionante. A Florentino Pérez nunca le gustó aparecer ante la masa social como un ejecutor de despidos. El presidente niega, contra la opinión de los involucrados, que él fue quien echó a Del Bosque, Raúl, Figo, Hierro, Valdano o Di María. Su versión es que simplemente cumplieron contrato y no renovaron, o que dimitieron libremente en busca de nuevos horizontes. Ancelotti ha quemado este puente. Si el presidente quiere prescindir del entrenador italiano deberá echarlo. Ayer el técnico descartó una salida consensuada y además defendió enfáticamente a Giovanni Mauri, su preparador físico, a quien el club señala como primer responsable del fracaso deportivo de la temporada.
El diario Marca publicó ayer que la directiva propondría un ultimátum a Ancelotti: si quiere permanecer en el club deberá deshacerse de Mauri, culpable, según los informes internos, de la plaga de lesiones que sufrió la plantilla. Ancelotti y su equipo de colaboradores, con Mauri a la cabeza, creen que el instigador de esta denuncia es el doctor Jesús Olmo, el médico de la plantilla, que quiere quitarse responsabilidades. Olmo, hombre de confianza del presidente, despacha con el director general corporativo, José Ángel Sánchez. Hacía años que un médico no tenía tanto poder en el club, y sus confrontaciones con los empleados y los jugadores han sido frecuentes. Ramos, por ejemplo, lo culpa directamente de sus lesiones musculares.
Los jugadores respaldan a Ancelotti y Ancelotti es leal a sus colaboradores. “Llegué aquí al frente de un staff, que son de máximo nivel”, dijo. “Sigo pensando esto. Tengo mucha confianza en ellos. Trabajamos juntos desde hace años y lo que he conseguido en mi carrera ha sido con ellos. Tengo al mejor preparador físico del mundo”.
"Mi preparador físico es el mejor del mundo. Tengo plena confianza en mi staff"
Ancelotti no solo aseguró que su destino está unido al de Mauri. Además, envió un mensaje al doctor Olmo, que ha sostenido que el equipo se entrenó poco.
“Hemos llegado al final de temporada físicamente mejor que el año pasado”, recalcó. “Analizamos lo que ha pasado en este periodo y solo necesitamos cambiar pequeños detalles. Hay quien dice que en el mes de febrero hemos trabajado poco y nosotros pensamos que hemos trabajado demasiado”.
“El club todavía no habla conmigo”, dijo el entrenador, que espera noticias. “Sigo pensando en ser el entrenador del Real Madrid hasta que el club me comunique algo distinto. Pero esto no ha pasado. El domingo o el lunes nos vamos a reunir para hablar del futuro”.
"Madrid es ciudad de vacaciones"
Pasan los días y el Madrid no comunica a Carlo Ancelotti si cuenta con él para la próxima temporada. El técnico está preocupado, pero lo disimula de maravilla. Le preguntaron qué haría si empezaba las vacaciones y el club seguía sin comunicarle su futuro, y Ancelotti sonrió. “Sigo pensando que Madrid no es una ciudad de trabajo, también es una ciudad de vacaciones. No tengo prisa en irme a otra parte”.
El italiano se mostró optimista en su hora más amarga en España. “Han sido dos años fantásticos”, dijo. “He vivido algunos de los momentos más felices en la historia del madridismo”.
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