El vestuario del Barça al presidente Bartomeu: “¡Ese Nobita, oé!”
En una fiesta moderada, los azulgrana bromearon con cánticos durante el vuelo de regreso
El presidente Josep Maria Bartomeu se acercó a la ciudad deportiva del Barcelona el sábado por la mañana. “Quería saludar a los jugadores y felicitarles por el trabajo que habían hecho hasta el momento”, explicó el domingo a la carrera, después de dejar la jardinera y recibir los primeros aplausos de los pocos aficionados que se reunieron en el aeropuerto de Barcelona; “pero también quería recordarles que aún les quedaba trabajo por hacer, que se podían conseguir los títulos”. En esa misma línea de ambición se expresó Luis Enrique en la rueda de prensa previa al duelo con el Atlético –“saldremos a ganar como siempre hemos hecho”, expuso- y también se mentalizó la plantilla. “Hoy ganamos ya la Liga, ¿no?”, bromeaba un futbolista antes de meterse en el avión rumbo al Calderón. “Sí, sí, el mister nos ha vuelto a recordar en la charla previa que cuanto antes ganáramos, mejor”, desveló Rakitic. Y de tanto decirlo, de tan interiorizado que tenían todos el concepto, los jugadores del Barça acabaron por festejar el título de Liga con moderación, como si fuera la recompensa lógica a su trabajo. Resulta, claro, que ganaron al Atlético.
Me pueden decir lo que quieran. Hoy es un día para disfrutar” Josep Maria Bartomeu, presidente del Barça
Nada más pitar el colegiado el final del encuentro, el técnico Luis Enrique se abrazó con sus ayudantes con la efusividad que da el triunfo. Pero pronto se marchó al vestuario, escurridizo para el protagonismo, y ni siquiera salió en la foto del equipo campeón. Sobre el césped, sin embargo, los jugadores festejaban y se abrazaban sin parar, también regados por unas botellas de cava que la empresa Halcón Viajes se encargó de transportar desde Barcelona “por si las moscas, que hay que ser previsores”. Allí, en el estadio, la afición del Atlético tenía sentimientos encontrados. Por un lado, el Barça superaba al Madrid en la Liga y fueron muchos los que regalaron aplausos en señal de reconocimiento; pero otros muchos, con mal perder, cantaban al unísono “¡Juve, Juve!”, un aliento para el equipo italiano con el que el Barça se verá las caras en la final de la Champions.
Ya en el vestuario, todos los jugadores se metieron en la ducha vestidos para brincar y cantar, para celebrar su victoria. Incluso volvieron a meter a aquellos despistados como Bravo, Rafinha o Alba, que ya iban vestidos de calle y que se tuvieron que poner la camiseta del Barça para regresar. “¡Están locos!”, resumió Rakitic; “pero es normal porque es un momento muy importante. Al menos para mí porque es verdad que Xavi, Iniesta, Messi… tienen muchos títulos. Pero para mí es mejor esto que la Liga Europa por la importancia que tiene”. Recogió el testigo Piqué: “No sé ni lo que hemos cantado allí dentro, pero bueno, todos muy felices (y muy mojados) porque sabemos lo que nos ha costado este título”. Se sumó Mathieu: “No sé cómo describir la felicidad que siento ahora mismo”.
Vitoreados en la puerta 6 del Calderón por los galos azulgrana que se quedaron en el estadio, los jugadores enfilaron hacia el autobús y de nuevo hacia el aeropuerto. Allí, en la jardinera, dieron rienda suelta a su felicidad con botes y cánticos, sobre todo el usual de “¡Campeones, campeones!”, con Alves y Messi como protagonistas principales por sus brincos. Se le veía al 10 contento como pocas veces, bromista con todos y hasta preocupado por la prensa porque un cámara se había quedado sin la imagen oficial de los cuatro capitanes junto al presidente y al técnico con una copa de cava delante de la cabina del piloto.
Retrasado el vuelo por una restricción aérea en el Prat [aeropuerto de Barcelona], los futbolistas siguieron con su festejo en el avión. Alves ponía la música discotequera con altavoces y bailaba desde el asiento junto a Adriano y en ocasiones Neymar. Rafinha prefería tirar fotos con su palo de selfie y unos cuantos como Bartra y Busquets cantaban las letras. Pero ahí se acabó lo que se daba, contenidos todos, quizá cansados o mentalizados en que aún quedan títulos en juego. “Por eso no hacemos rúa, porque hay que esperar a ver lo que ganamos para celebrarlo todo a la vez”, contaba un directivo azulgrana.
Así que antes de alzar el vuelo, Messi, Mascherano, Luis Suárez y Pepe Costa –team manager azulgrana- ya jugaban una partida de parchís en el iPad. Lo mismo que Alba y Busquets. Rakitic enviaba mensajes con el WhatsApp, Piqué hablaba por teléfono, Ter Stegen y Vermaelen casi parecían dar cabezaditas, Xavi e Iniesta se hablaban por entre los asientos… y alguno que otro ya cerraba la salida de después al Pacha Barcelona. Pero no hubo más ruido ni jolgorio, sino que el vuelo fue de lo más tranquilo. Eso sí, justo antes de aterrizar, la expedición se atrevió con un cántico picante. “¡Ese Nobita, oé, ese Nobita, oé!”, entonaron todos en referencia a Bartomeu, a quien se le atribuye un parecido con el protagonista de los dibujos animados de Doraemon. “¡Me lo tomo a guasa!”, respondió después el presidente; “me pueden decir lo que quieran. Hoy es un día para disfrutar”. Y para celebrarlo. La noche era larga. Como el camino de la Liga. Y el de la Copa y el de la Champions.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.