_
_
_
_

Piqué como síntoma

El central, que recupera su mejor versión, madura en el campo igual que el Barcelona

Jordi Quixano
Piqué celebra frente al Córdoba uno de sus cinco goles en la Liga.
Piqué celebra frente al Córdoba uno de sus cinco goles en la Liga. CRISTINA QUICLER (AFP )

Acostumbrado a vivir solo desde que era adolescente, cuando jugaba en el filial del Manchester United, Gerard Piqué se ha regido por su código. Ocurre que es muy familiar, que tiene una relación estupenda con sus padres y hermano, y que las pocas broncas que ha recibido han sido a modo constructivo. Este año, concienciado de que para volver a la élite debía ponerse a tono (también porque acabó el curso anterior con la cadera a la virulé tras un topetazo con Diego Costa, hasta el punto de que acudió al Mundial con acentuadas molestias), se machacó antes de la pretemporada con carreras en la montaña y partidos de padel, además de cuidar la alimentación.

Pero, bromista e impulsivo por definición, protagonizó un par de episodios que parecieron desviarle, como tirar bombas fétidas en el avión del equipo y protagonizar un altercado con la guardia urbana. “Me equivoqué”, reconoció. Pero ya estaba en fase de reconversión, toda vez que a su círculo íntimo le había dicho que este año sería de nuevo el suyo. Lo ha conseguido al igual que el Barcelona.

El central se machacó antes de la pretemporada con carreras en la montaña y partidos de padel, además de cuidar la alimentación

Cuenta Piqué que su fútbol ha cambiado poco porque siempre jugó a lo mismo, pero que ahora sabe “reconocer casi todas las situaciones que se dan en el campo”. Eso, entiende, es ser un central maduro. Y, como explicó, también ve el mismo proceso en el Barça. “Somos un equipo más maduro porque sabemos afrontar las situaciones molestas con éxito. Hemos superado momentos difíciles y demostrado que estamos hechos a prueba de bombas. Y hemos evolucionado en el juego; ya no parece que hagamos un partido de balonmano sino que sabemos aprovechar a los tres grandes jugadores que tenemos delante”, señaló. Y abundó: “No hemos tenido nunca un tridente así”. Unos puntas que, sin embargo, acaparan los elogios y portadas. “En esta casa cuando ganas es por los de delante y cando pierdes la culpa es de los de atrás. Pero me da igual, disfruto de ellos”.

Me hubiese gustado antes de retirarme una final contra ellos [Madrid]. Más que nada porque quizá no vivo ninguna más"

Ahora todos juntos disputarán la final de la Champions ante la Juve —“me gustaría poder medirme al Madrid en la final antes de retirarme”, dijo— y la de la Copa frente al Athletic. Pero primero toca el Atlético. “Yo quiero ganar la Liga. Me da igual donde, pero cuanto antes mejor”, contó. Y así certificar que él y el Barcelona vuelven a estar en la élite. Más que nada porque, como dijo: “Todos vivimos para el éxito independientemente de cuál sea el objetivo”.

Piqué presiona a Lewandowski en la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones
Piqué presiona a Lewandowski en la vuelta de las semifinales de la Liga de CampeonesMatthias Schrader (AP)

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_