Un Barça alemán elimina al Bayern y consigue el pase a la final de Berlín
El tridente ofensivo azulgrana, imparable cuando se pone a jugar, descompone en el primer acto a un conjunto alemán atrevido que ganó el duelo pero cayó en la eliminatoria
Ya está el Barça en Berlín, como estaba escrito desde el Camp Nou, y hasta puede que tenga el factor campo a favor frente al Madrid o al Juventus.
A los alemanes les gusta el Barça. A veces les recuerda al Bayern campeón sin dejar de ser el Barça. Y se cuentan también barcelonistas que tienen cierta debilidad por el Bayern. Advierten rasgos del Barça de Guardiola. La declaración de intenciones del campeón de la Bundesliga es inequívoca, por su juego de posición, buen gusto y juego de ataque, sin reparar en quién tiene enfrente, ayer el Barça. Y los azulgrana tienen una pegada terrible cuando afrontan rivales valientes y cándidos como el Bayern.
BAYERN, 3 (3)–BARCELONA, 2 (5)
Bayern: Neuer; Rafinha, Benatia, Boateng, Bernat; Schweinsteiger (Javi Martínez, m. 87), Alonso, Lahm (Rode, m. 67), Thiago; Müller (Götze, m. 87) y Lewandoswski. No utilizados: Reina; Dante, Weiser y Pizarro.
Barcelona: Ter Stegen; Alves, Piqué, Mascherano, Alba; Busquets, Rakitic (Mathieu, m. 71), Iniesta (Xavi, m. 75); Messi, Suárez (Pedro, m. 46) y Neymar. No utilizados: Bravo; Bartra, Adriano y Rafinha.
Goles: 1-0. M. 7. Benatia. 1-1. M. 15. Neymar. 1-2. M. 29. Neymar. 2-2. M. 59. Lewandowski. 3-2. M. 73. Müller.
Árbitro: Mark Clattenburg. Mostró la tarjeta amarilla a Rafinha, Thiago, Rakitic, Lewandowski, Alonso, Rode y Pedro.
Allianz Arena: 75.000 espectadores.
Guardiola no se perdonaría en la vida jugar como un equipo menor a pesar de que ahora se le acuse de empequeñecer al Bayern. La propuesta alemana fue tan transparente, temeraria a juicio de los críticos con su técnico, que agrandó la fortaleza de los azulgrana, imponentes en las áreas hasta el 1-2, desfigurados después por el entusiasmo del Bayern. Actuaron los barcelonistas con suficiencia, confiados ante un buen rival académicamente, condenado por el 3-0 del Camp Nou, muy orgulloso en Múnich.
No tiene más munición Guardiola, privado de Robben y Ribéry, mientras Luis Enrique presume de Messi. Las contadas aceleraciones del 10 estremecieron al Bayern igual que en el Camp Nou. Al fin y al cabo jugaron los mismos la ida que la vuelta y en ambos casos resolvieron los atacantes del Barça, activados en los momentos decisivos, autores ya de 114 goles. Y volvió a marcar Neymar, que suma nueve tantos en los últimos siete partidos, entregado a la causa liderada por Messi.
Los partidos en el Allianz Arena comienzan con un gol a favor del Bayern. Aprieta la hinchada, se anima el equipo y las ocasiones caen como una costumbre, sin reparar en el juego ni el contrario, incluso si se trata del Barça, un equipo que en los últimos siete partidos había marcado un saco de goles (25) por ninguno en contra. No hay remedio contra la avalancha alemana, en el césped y en la grada, envuelta con un mosaico gigantesco bordado por los fans: “Una ciudad, un sueño”.
Apenas habían pasado seis minutos y ya se contaba una ocasión por cada equipo, de Rakitic y de Thiago, cuando Benatia cabeceó un córner botado por Xabi Alonso. Los azulgrana no tomaban un tanto de estrategia desde diciembre de 2014. Alegre y ágil, muy reforzado por la banda derecha con Lahm, Rafinha y Thiago, jugueteaba bien el Bayern. El gol, sin embargo, no alteró el pulso de los muchachos de Luis Enrique. Hoy es un equipo más consistente y contundente que el de Guardiola.
Y, naturalmente, el Barça tiene a Messi. El 10 compareció ocho minutos después del gol para resolver la ronda en una combinación con Suárez y Neymar. Messi profundizó para el uruguayo y el 9 habilitó al brasileño, definitivo ante Neuer. La jugada se repitió poco después con el mismo éxito: sacó Ter Stegen, peinó la pelota al espacio Messi y se quedó solo Suárez, que de nuevo asistió a Neymar. Los delanteros azulgrana se relamían en el mano a mano con los defensas del Bayern.
Ocho finales y cuatro títulos
A la espera de conocer rival, si Madrid o Juventus,el Barcelona jugará la octava final de la Champions de su historia. Hasta ahora, ha ganado cuatro de las siete finales disputadas, un palmarés que iguala al del Ajax y que sólo es superado por el Madrid (10), el Milan (siete), el Liverpool y el Bayern (cinco). El Barça no empezó con buen pie en la entonces llamada Copa de Europa: perdió en 1961 en Berna ante el Benfica (3-2) en un duelo en el que se estrellaron cinco veces con los palos; y en 1986 frente al Steaua (0-0) en Sevilla en los penaltis. Pero en 1992, el dream team de Cruyff batió a la Sampdoria en la prórroga con un gol de falta de Koeman. Dos años después cayó con estrépito ante el Milan (4-0) en Atenas. Y en las tres últimas venció: en 2006 al Arsenal en París; en 2009 al Manchester (2-0) en Roma; y en 2011, en Londres, de nuevo al United (3-1).
Al Barça le costó muy poco generar situaciones de superioridad por el tres contra tres dispuesto por Guardiola. No hay antídoto para Messi-Suárez-Neymar. Al Bayern por el contrario le faltan extremos y presume de medios como Thiago. Los centrocampistas se juntaron muy bien, siempre con la pelota como bandera, y alcanzaron con frecuencia posiciones de tiro ante Ter Stegen. El portero respondió siempre con intervenciones mayúsculas, sobre todo en un remate de Lewandowski.
Aunque pueda parecer un plantel hipotenso o desbravado a ojos de los alemanes, el Bayern nunca se rindió sino que se propuso ganar el encuentro ante la indiferencia del Barcelona, destensado y contemporizador, ya sin Luis Suárez. Ante quienes pensaban que el partido se había convertido en una broma, los chicos de Guardiola exigieron mucho a la defensa del Barça y le dieron la vuelta al marcador con goles de Lewandowski y Müller.
La dignidad y el buen juego del Bayern de Múnich contrastó con la indiferencia del Barça, sometido, incapaz de salir de su campo y de tirar a portería. La actuación azulgrana fue tan reprobable como admirable el remonte del Bayern, ganador en la posesión y de la contienda: 3-2. Ambos tenían justificado su papel: los alemanes ganaron, para que no se diga que son un equipo chato e inefectivo, y los azulgrana alcanzaron la octava final de la Copa de Europa, la cuarta en los últimos 10 años, la década de Messi.
Las piernas de Leo son más decisivas hoy que la cabeza de Guardiola. El Barça se ha endurecido durante una trayectoria muy exigente ante el City, el PSG y el Bayern. El billete de Berlín le eximió de tener que responder por una derrota (encadenaba 17 victorias y un empate), por tres goles encajados por tercera vez y por su secular incapacidad para ganar en Múnich. Habrá que ver qué pasa el 6 de junio en Berlín.
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