Alonso: “Queréis que me frustre pero no lo conseguiréis”

No hay nada peor para un piloto que verse obligado a abandonar en una carrera que se celebra delante de su gente. Para Fernando Alonso, el Gran Premio de España no fue nada bien pero podría haber terminado mucho peor. El asturiano a punto de estuvo de arrollar a los mecánicos que le esperaban en el taller por culpa de un fallo en los frenos traseros de su coche, que después de la primera parada (vuelta 21) comenzaron a fallar. “Empecé a notar que los frenos de atrás dejaban de funcionar. Al reincorporarme a la pista me comí la primera curva. Pregunté por radio y me dijeron que volviera a entrar para revisarlos. Pero ya no pude ni parar y un poco más y juego a los bolos con los chicos”, resumió el español.

Conscientes de las limitaciones actuales de su monoplaza, los estrategas de McLaren programaron una carrera a dos paradas. Todo iba según el plan previsto y Alonso circulaba entre los diez primeros cuando le sobrevino el problema. El sábado, a Jenson Button le falló uno de los discos de frenos de su prototipo, pero según el bicampeón del mundo con Renault, aquello no tuvo relación directa con lo que le sucedió a él –“simplemente me quedé sin frenos”–, dijo.

Pasan las semanas, avanza el calendario y se hace difícil calibrar la mejora real que ha experimentado el MP4-30 en estas cinco primeras pruebas en las que no ha conseguido puntuar. “¿Comienzas a estar frustrado?”, se le preguntó al ovetense. “En Australia estábamos a cuatro segundos y medio y ahora a dos. Ningún equipo en la historia ha recuperado dos segundos y medio en tan poco tiempo. Antes corríamos solos y ahora estamos mezclados con los demás. Parece que queráis que McLaren y yo nos frustremos, pero no lo conseguiréis”, embistió él.

Si Alonso tuvo un momento de pánico, su compañero vivió un infierno que duró casi media carrera, y eso que en su coche no se detectó ninguna avería. “Después de lo de hoy no creo que sumemos un punto en todo el curso”, soltó Button. “Las primeras 30 vueltas han sido las más aterradoras de mi vida. No es solo que no pudiera meter el morro en las curvas, sino que nada más acelerar perdía el tren trasero porque comenzaba a derrapar. Daba igual si eran curvas lentas o rápidas. Ha sido horrible”, concluyó el británico, que cruzó la meta el 16º, a una vuelta del ganador.