Iniesta: “Yo nunca me fui”

Sacó el Barcelona de centro, le llegó la pelota a Iniesta y el manchego buscó a Messi, aún sobre el centro del campo. La Pulga se la pasó a Mascherano, pareja de Piqué como central, 15 metros detrás suyo, en lo que fue una declaración de principios: no había prisa, el partido iba 3-1 y era cuestión de jugar a fútbol. Y en esas, la afición descubrió que Iniesta sigue siendo Iniesta, que no se ha ido, que sigue ahí, que con Xavi en el banco, el brazalete lo lleva él. Demasiado tiempo sin tocar el balón había dado que pensar, había generado demasiadas dudas sobre el rendimiento de un Jaguar reconvertido en todoterreno.

Lleva todo el año con el mono de faena y ayer, que le dio el partido para jugar con esmoquin, demostró que sigue siendo algo especial, un jugador distinto, como los vinos de la bodega que lleva su nombre, de los que esta mañana ha hecho una cata privada en Barcelona. “Estoy súper contento de su rendimiento. No tengo absolutamente nada que reprocharle, al contrario”, ha repetido de manera constante Luis Enrique desde que comenzó el curso. Cuanto mayor eran las críticas al manchego, mayor la defensa de su entrenador, que le puso casi siempre, siendo a día de hoy uno de los jugadores más utilizados de la plantilla, por detrás de los porteros y de Messi. “Yo nunca me fui, otra cosa es que la gente me quiera ver de una manera o de otra. Pero siempre he estado ahí, ayudando como puedo a que el equipo vaya adelante”, aseguró el centrocampista, que reconoce que “no siempre las cosas salen como uno quiere, pero a menudo, la valoración que uno hace no tiene por qué coincidir con la del resto de la gente, porque yo valoro cosas que a lo mejor no se valoran desde fuera”.

El martes, contra el PSG, jugó Iniesta durante 45 minutos y jugó el Barcelona como pocas veces lo ha hecho este año. En un sprint espectacular, cogió la pelota en su propio campo y a la carrera, y a golpe de cintura, sentó a cuatro tipos vestidos de blanco, que se desplomaron a su paso, hasta desactivar a un quinto con el pase a Neymar, que le dejó solo ante Seiru, en la que puede considerarse su cuarta asistencia en la Champions, las mismas que lleva Koke. “Fue una jugada fantástica y me dejó solo. Sólo tuve que eludir el portero” le agradeció Neymar después.

“No siempre las cosas salen como uno quiere, pero yo valoro cosas que a lo mejor no se valoran desde fuera”

A partir del toque de Don Andrés todo resultó de lo más natural en el Camp Nou, un estadio que se acostumbró de tal manera a vivir noches que le clasificaban para las semifinales que vivió siete seguidas, hasta el curso pasado, hasta que apareció el Atlético de Madrid, el Atlético del Cholo Simeone, y eliminó al Barcelona de Martino. Van ocho semifinales en 10 años lo que según Iniesta “demuestra de qué club estamos hablando, que es el Barcelona”

Ayer todo volvió a su sitio, en gran parte porque la tocó tanto el Barça como la tocó Iniesta, que se saltó las líneas que propuso Blanc para contenerle, humilló a ratos a Cabaye y, cual cuchillo en la mantequilla, llevó a su equipo a las puertas del portero francés. Incluso el técnico argentino Jorge Cappa se rindió a su grandeza: “En la primera parte ha sentado cátedra, es un jugador maravilloso. El Barça recuperó sus mecanismos y así es fácil que Iniesta brille”, dijo el técnico argentino alabando los 45 minutos que jugó el 8. Si se quedó en el vestuario en el descanso fue porque Luis Enrique prefirió protegerle, pensando en el derbi del sábado en el campo del Espanyol.

El partido de Iniesta generó también elogios entre los jugadores. “Es una lástima que Andrés sea contemporáneo de estas bestias que acaparan todos los elogios” dijo Javier Mascherano en referencia a Messi y Neymar. “Iniesta es un jugador especial y entiende el fútbol de una manera exquisita. Para los que nos gusta esto, disfrutamos de él”. “Es un jugador diferente, difícil de detener, como ha demostrado esta noche”, dijo Van der Wiel.