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Arruabarrena saca al Eibar del pozo

Un gol en un saque de esquina rompe la negra racha del conjunto armero que no había ganado desde el 10 de enero de 2015

El Eibar celebra el gol de Arruabarrena.
El Eibar celebra el gol de Arruabarrena.J. ETXEZARRETA (EFE)

No era partido para caprichosos, ni probablemente para exquisitos —aunque los hubiera— porque ni el Málaga, por arriba, ni el Eibar, por abajo, estaban para jugarse la vida en los detalles. Por eso, impetraban las circunstancias. Por ejemplo, la primera mitad duró 45 minutos y cuatro segundos, pero en realidad, todo el tiempo transcurrió en un minuto, el que llevó desde un posible penalti de Añibarro a Horta (que fue amonestado) a un gol anulado al Eibar, por obra de Arruabarrena. El penalti no lo fue porque fue Horta quien tropezó con la pierna del central, aunque la amonestación al delantero del Málaga pareció un escudo contra las dudas del colegiado. El gol del Eibar fue legal. Tissone estaba mucho más retrasado que Arruabarrena cuando Saúl disparó y el rechazo de Kameni cayó a sus pies. Salvo ese minuto de burda magia, pasaron pocas cosas. El Eibar no quería suicidarse y el Málaga tenía los cuchillos sin afilar. Así que el fútbol en Ipurua era romo.

EIBAR, 1-MÁLAGA, 0

Eibar: Irureta; Bóveda, Añibarro, Lillo, Didac Vila: Borja. Dani García; Capa (Boateng, m. 90+1), Arruabarrena (Lekic, m. 87), Javi Lara, y Saul (Manu del Moral, m. 80). No utilizados: Jaime, Ekiza, Errasti y Abraham.

Málaga: Kameni; Rosales, Angeleri, Weligton, Boka; Tissone, Recio; Horta (Amrabat, m. 60), Juanpi (Samuel, m. 53), Juanmi; y Javi Guerra. No utilizados: Ochoa, Flavio, Duda, Torres y Darder.

Goles: 1-0. M 52. Arruabarrena.

Árbitro: Gil Manzano. Amonestó a Horta, Juanpi, Dani García, Saúl y Bóveda.

Unos 4.000 espectadores en Ipurua

Ponía más el Eibar, a pesar de no contar con Piovaccari (sancionado) y con Saúl Berjón rehabilitado como delantero centro. Ponía la entereza de los acongojados, tras cinco partidos consecutivos perdiendo en Ipurua, que es una entereza sin perder los estribos. No asustaba, pero intimidaba con el toque de Javi Lara y la movilidad de Saul Berjón que se asociaban al savoir faire de Arruabarrena. El resto a trabajar para que el Málaga no hilvanase, para que no cosiera el fútbol, para que no llegase el balón a Javi Guerra, abandonado a su solitaria suerte. Así le robó el Eibar la primera mitad al Málaga, aunque no consiguiera sacar nada de sus bolsillos.

Pero perseverar es de sabios. Y a poco de reiniciarse el partido, en un saque de esquina, Arruabarrena se ocultó tras la defensa malaguista para cabecear en semiplancha a la red. De haberlo hecho de pie, probablemente el balón se hubiera ido fuera. Supo qué hacer en el momento de la verdad.

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El Málaga, placentero, solo espoleado por el juego vivaz, atrevido, resolutivo de Recio, encajó el gol como un rejón inesperado. Fue un acto de sorpresa. Y tocó la corneta. La calma fuer tormenta, el ataque, asedio. Entraron Amrabat y Samuel, con el agobio como objetivo. Pero el Eibar cerró filas, las juntó, convirtió el balón en un accidente saltarín y el reloj en un amigo que no solo está en la muñeca. Abandonado el centro del campo, inservible, era cuestión de atacar y defender. Y defendió mejor el Eibar que atacó el Málaga, Y por eso ganó, echando el telón a la obra más siniestra de 2015: desde el 10 de enero sin ganar (al Getafe por 2-1) y cinco derrotas consecutivas en su campo. Todo lo peor lo barrió en Ipurua con una victoria ante un rival postinero. La aspiradora funcionó.

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