Noche de épica en el Calderón

Un resultado incómodo (1-0) ante un contrario, el Bayer Leverkusen, que se despliega al contragolpe en manada como enseñó en el partido de ida. Un equipo, el Atlético, que desde que pasó por encima del Madrid, no ha vuelto a alcanzar ese nivel de juego. Le han faltado goles, fútbol y también intensidad en determinados partidos. El rival y el desafío de esta noche le exigen recuperar ese aire de equipo machacón, dominador de los espacios y del cuerpo a cuerpo.

 En estas últimas semanas de dudas, Simeone ha reiterado ese discurso en el que apunta a la necesidad de llevar los partidos al terreno que interesa a su equipo. En Leverkusen se jugó bajo esos parámetros de ritmo trepidante, presión y segundas jugadas y el Atlético tuvo poca capacidad de respuesta. No pudo salir de esa presión agobiante que diseña Schmidt y el equipo fue muy apurado por el huracán contragolpeador de los Bellarabi, Calhanoglou y Son. “La clave es salir rápido de la presión a partir de la pérdida de pelota de ellos, será un factor decisivo para poder tener espacios hacia adelante. Es un equipo que juega muy bien las segundas jugadas, que corta el juego en la salida tuya en cuanto te demoras”, analiza Simeone, que se quejó de las faltas recibidas en Leverkusen: “Eso es todo lo que nos pasó por las faltas que les permitieron”.

Simeone opina, más allá de los recursos de movilidad y toques rápidos, que lo mejor es que esa presión la hagan los suyos para no tener que padecerla.

El partido examinará al Atlético línea por la línea por la necesidad de hacer goles y de no encajarlos

Distanciado en la Liga de Madrid y Barça, la Copa de Europa, la competición que empaña los ojos de su afición por los recuerdos de dos crueles finales perdidas, se ha convertido en la gran obsesión de jugadores y cuerpo técnico. Hacia tiempo que el Atlético no se encontraba con una noche como esta por sus largas ausencias de la competición. El curso pasado no necesitó en ninguna de las eliminatorias que jugó remontar el partido de vuelta en casa. Así que Simeone apuntó a la grada: “Deseo que no haya un minuto de silencio en el Calderón”. Schmidt tampoco es ajeno al ambiente que se creará. “En un ambiente tan caliente como el del Calderón debemos mantener la cabeza fría”, dijo el técnico alemán.

Se espera una de esas noches eléctricas en el Calderón, con el partido en el filo de la navaja porque un gol de los alemanes obliga al Atlético a hacer tres. Necesita el equipo de Simeone dos goles de diferencia si el partido no terminara con la necesidad de acudir a los lanzamientos de penalti porque se repitiera el 1-0 de la ida.

El partido examinará al plantel rojiblanco línea por la línea por la necesidad de hacer goles, de no encajarlos y de crear juego en el medio. Tiene que escoger Simeone entre Torres y Mandzukic para acompañar a Griezmann, que se presenta como la gran esperanza para hacer daño en velocidad y perforar la meta de Leno.

La lógica le invita a Simeone a tener que ser dominador del partido y ahí se impone la figura

La lógica le invita a Simeone a tener que ser dominador del partido y ahí se impone la figura del delantero croata, que tiene una oportunidad para resarcirse de las sospechas que le envuelven últimamente. Con la seguridad defensiva, que también será puesta a prueba, el uruguayo Giménez tiene otra gran reválida como sustituto del sancionado Godín. También lo es para Mario Suárez ante otra ausencia por tarjetas, la de Tiago. Gámez apunta como lateral izquierdo, tras la sorpresa que causó que Siqueira no entrara en la lista de convocados.

En el Leverkusen, Bender, que era duda, parece recuperado de sus molestias según anunció su entrenador. No tiene el cartel de sus tres mediapuntas, pero en la ida fue un futbolista capital.