Contador cede en el prólogo 8s a Nibali
El italiano Adriano Malori, del Movistar, primer líder de la carrera de los dos mares
Por las playas de la Versilia, a lo largo de las infinitas rectas del paseo marítimo del Lido de Camaiore, donde los toscanos toman el sol y el Tirreno choca manso contra las playas, Alberto Contador se paseó a toda velocidad, sorprendentemente, de pie sobre los pedales de su bicicleta, como si estuviera escalando los Lagos de Covadonga. No era ni la mejor posición ni la más aerodinámica ni la más eficiente para alcanzar el máximo rendimiento en un prólogo de 5,4 kilómetros en el que hasta los más lentos alcanzaban velocidades de más de 50 kilómetros por hora, y así se reflejó en la meta. El chico de Pinto, dorsal número uno como le corresponde por ser el último ganador de la Tirreno-Adriático, llegó a 8s de Vincenzo Nibali y a 9s de Rigoberto Urán. De entre sus presuntos rivales para la victoria final solo superó, y por solo 2s, al colombiano Nairo Quintana. La victoria, y la primera maglia azzurra de la carrera de los dos mares, fue para el contrarrelojista italiano Adriano Malori, del Movistar, que, con una media de 53,406 kilómetros por hora, superó por 1s al suizo Fabian Cancellara. El primer español fue su compañero de equipo, y de Quintana, Jonathan Castroviejo, 13º, a 8s.
He perdido tiempo con algunos rivales, especialmente con Urán y Nibali, pero espero poder recuperarlo"
“Me hubiera gustado hacerlo mejor, pero hay días que tienes buenas piernas y otros días que las tienes peor”, dijo Contador para explicar un resultado inesperado tal y como marcha la temporada. Mientras el ciclista español, que este año correrá Giro y Tour, ya destacó hace unas semanas en la Vuelta a Andalucía, donde mantuvo un tenso pulso con Froome en la montaña, Nibali aún no ha logrado terminar entre los 10 primeros ninguna prueba este año. En su última carrera, la Strade Bianche del sábado en Siena, cedió más de 7m45s al ganador, el checo Zdenek Stybar. “Desde el primer momento no he conseguido coger el ritmo, pero es un día de sólo cinco kilómetros y aunque he perdido tiempo con algunos rivales, especialmente con Urán y Nibali, espero poder recuperarlo. Nibali ha estado bien, ya se sabe que es un gran corredor, está creciendo en su forma y estoy seguro de que será uno de los máximos aspirantes al triunfo. En una carrera como París-Niza o Tirreno-Adriático son 8 segundos muy valiosos. No sé si habrá terreno suficiente para recuperar”.
La carrera italiana, en la que, salvo el británico Chris Froome, enfermo de los pulmones, participan los grandes favoritos del Tour, se decidirá el fin de semana en los Apeninos. El sábado será una etapa de media montaña con la subida al Poggio de San Romualdo y dos ascensiones finales al Crispiero, cerca de la meta en Castelraimondo, en la provincia de Macerata (Marcas), el domingo, la etapa reina terminará en el Terminillo (16 kilómetros al 7%), el monte de los Abruzos, a 100 kilómetros de Roma, en el que le gustaba esquiar a Mussolini y llegada habitual del Giro de Italia. para cerrar la carrera, el martes, la última etapa será una contrarreloj de 10 kilómetros en San Benedetto del Tronto, junto al Adriático, en la que el año pasado se impuso el mismo Malori ganador hoy del prólogo.
Por otra parte, el australiano Michael Mathews (Orica) es el nuevo líder de la París-Niza gracias a las bonificaciones tras imponerse al sprint en la tercera etapa. La etapa estuvo marcada por un intento de fuga honorable en el que participaron, a pocos kilómetros de la llegada, Bardet y Bakelants, del Ag2r, equipo marcado por el positivo por EPO conocido ayer de su corredor Mondory, y Paolo Tiralongo, del Astana, cuya permanencia en el WorldTour peligra después de un informe sobre su escaso compromiso en la lucha contra el dopaje.
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