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Lavillenie y los focos

El plusmarquista mundial de pértiga, única gran estrella del campeonato

Carlos Arribas
Renaud Lavillenie.
Renaud Lavillenie.Matthew Lewis (Getty Images)

En el viejo Ayuntamiento de una Praga aún demasiado fría para pensar en la primavera, los organizadores convocaron a la prensa para presentarles a las estrellas de los campeonatos. Hablaron Renaud Lavillenie, Kamila Licwinko, Pavel Maslák y Zuzana Hejnová. Para quien no sea un aficionado de primera fila, hay tres nombres que suenan a chino: Licwinko es una saltadora de altura polaca, la campeona del mundo indoor, que se lo pondrá complicado a Ruth Beitia porque este invierno ha saltado 2,02m (y es la única de las participantes que ha pasado los 2m); Maslák y Hejnová son las figuras locales. Él, el blanco que ganó los 400 del Mundial en pista cubierta, es el único europeo que ha bajado esta temporada de 46s (45,27s); ella es la campeona mundial de los 400 metros vallas, invicta en su especialidad, que no existe en pista cubierta. En Praga no correrá los 400m, como parecería lógico, sino los 800m. Así que, ausentes Mo Farah, el fondista británico que acaba de batir el récord mundial de las dos millas; Elena Isinbayeva, la pertiguista que se recupera tras haber dado a luz, y el saltador ucranio Bogdan Bondarenko, solo queda Lavillenie, el francés que hace un año batió en Donetsk (Ucrania), en la casa de Serguéi Bubka, el récord del mundo de pértiga (6,16m).

Es Lavillenie una estrella tan verdadera que hasta la Federación Internacional lo proclamó atleta del año 2014, que Usain Bolt se lo pasó sin correr. En 2015 el francés, para quien saltar seis metros se ha convertido en rutinario (lo ha conseguido 13 veces, por 47 de Bubka, y es capaz de hacerlo en el tercer salto, como en Berlín el 14 de febrero, cuando llegó a 6,02m e intentó batir el récord mundial con 6,17m), también se lo ha tomado en serio. Campeón de Europa en sala las tres últimas ediciones, y campeón olímpico, le queda ganar un Mundial al aire libre y seguir batiendo récords. El primer deseo lo podrá cumplir en agosto, en Pekín. El segundo podría ocurrir en Praga. “¿Por qué no?”, dijo ayer. La cita es el sábado a las cinco de la tarde.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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