El factor Derrick Rose
La incidencia del base de nuevo lesionado en el juego de los Bulls invita al debate
No te sientas culpable si cuando la semana pasada apareció la noticia, tuviste la sensación de que ya lo habías leído antes. Al fin y al cabo el base de los Chicago Bulls ha estado de baja la mayor parte de las últimas cuatro temporadas. En la anterior sólo jugó 10 partidos (diez más que el curso previo). Este año se las había apañado para participar en 46 antes de sufrir un desgarro en el menisco. Y, sin embargo, tanta mala fortuna admite otras lecturas. ¿De verdad tenemos que sentirnos mal por Derrick Rose? De acuerdo, ha sido víctima de una serie de catastróficas desdichas corporales, pero este año ingresará 19 millones de dólares. 20 el que vine. Y 21 en la temporada 2016-2017. Tengo la impresión de que bastante gente admitiría pasar semejante calvario médico a cambio de 60 millones de dólares.
Indudablemente su lesión altera el camino de los Bulls hacia el título de la NBA, aunque puede que no exactamente en la dirección que estás pensando. Los números de Rose esta temporada son desastrosos. Su porcentaje de acierto en triples (28,7%) no estaría tan mal de no ser porque un tercio de sus tiros han sido más allá de la línea de tres. Sus pérdidas (3,2 por partido) son más frecuentes de lo que sería deseable en un base y su única aportación estadística destacable son unas insignificantes cinco asistencias por partido. Sin embargo, su peor dato tiene que ver con la estadística de victorias producidas, la mejor interpretación del impacto de un jugador en el juego del equipo. Según este algoritmo, Pau Gasol ha sido decisivo en diez victorias; Joakim Noah en cinco, mientras que Jimmy Butler ha contribuido crucialmente en 12. Derrick Rose: -0,5. Al contrario de lo que cabría esperar, la participación de la versión de este año de Rose se ha traducido en derrotas para la franquicia.
Al contrario de lo que cabría esperar, la participación de la versión de Rose en este año se ha traducido en derrotas para la franquicia
Pero por encima de las matemáticas está la percepción subjetiva. Después de ver muchos partidos de los Bulls, mi impresión es que el mejor Derrick Rose forma parte del pasado. Especialmente en defensa, donde uno tiene la impresión de que el jugador parece más torero que toro (si tienes que bostezar, es el momento).
¿Tienen los Bulls ahora más posibilidades, de las que ya tenían, de ganar el título? No tan deprisa, amigo. Queda un último escollo: el aspecto mental. Pese a la cantidad de evidencias que señalan a Rose como lastre para el equipo, es innegable que la percepción general sigue siendo que es un buen jugador y que su ausencia será negativa. Y los jugadores, como seres humanos comunes, forman parte de esa corriente de percepción general.
En otras palabras, el problema no está en su falta sino en las sensaciones que genera esa ausencia. Si los jugadores son capaces de ignorarla, no habrá límite para sus ambiciones. Pero si no, la lesión del base no será el único titular aburrido y repetitivo de este año, porque los Bulls volverán a ser eliminados en la segunda ronda de los playoffs.
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