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Racismo, insultos y lanzamiento de objetos en el Feyenoord-Roma

El árbitro tiene que suspender momentáneamente el encuentro, que acaba con 1-2 para los italianos.

Isabel Ferrer
El árbitro retira un plátano gigante del césped.
El árbitro retira un plátano gigante del césped.CAPTURA TELEVISIVA

El Feyenoord se ha despedido de la Liga Europa tras perder por 1-2 contra el Roma, en un partido marcado por la tensión dentro del estadio De Kuip, de Rotterdam. Antes del descanso, un plátano hinchable de grandes dimensiones ha sido lanzado al césped por los hinchas holandeses, y el árbitro, el francés Clément Turpin, ha interrumpido el juego. Se presume que el objeto era una burla racista dirigida contra Gervinho, el jugador negro del conjunto italiano. Durante la segunda parte, el campo se ha llenado de basuras arrojadas de nuevo por los ultras del conjunto local. Todos los jugadores han sido conducidos a los vestuarios para evitar heridos. Esta vez, las gradas han reaccionado ante la expulsión de Mitchell te Vrede, por una entrada muy dura a Manolas. La dirección del Feyenoord ha animado a los seguidores a “apoyar a su club de manera más positiva”, a través del servicio de megafonía del campo, pero la prensa holandesa habla ya “de otra página negra en la historia del equipo”.

Fuera del estadio, la policía de Ámsterdam y de Rotterdam se ha mantenido durante todo el día en estado de alerta ante la llegada de los aficionados del Roma. Se esperaba a unos 2.500, que han sido conducidos a De Kuip en trenes especiales. Aunque antes del partido no ha habido incidentes, dos autobuses repletos de hinchas italianos sí han sido detenidos en la autopista para que no entraran en la capital holandesa sin vigilancia. Las fuerzas del orden habían recibido información de sus colegas romanos acerca de los viajeros, entre los que podía haber ultras fichados en su tierra. Una vez en Rotterdam, se les ha permitido presenciar el encuentro.

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Al director general del Feyenoord, lo ocurrido durante el partido puede salirle caro. Eric Gudde teme que le impongan una multa por los objetos arrojados y por las dos interrupciones. “Pueden multarnos y ese es un dinero que preferiría invertir en formar a los juveniles”, ha dicho, al abandonar De Kuip. La semana pasado, en el partido de ida, los radicales del Feyenoord dañaron la fuente de la Barcaccia, a los pies de las escalera de la plaza de España de la capital italiana, cuando su equipo empató 1-1. El bochorno en Holanda ha llegado al Parlamento, que se plantea abonar los 10.000 euros que costará la restauración.

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