Morata da ventaja a la Juventus ante el Borussia Dortmund

El 2-1 es un resultado ambiguo en un partido de ida. El ganador no sabe si buscar más ventaja o guardar el escaso botín. El perdedor duda si buscar el empate o dejar las cosas así para remontar en casa. Ese estado de vacilación imperó en el partido entre la Juventus y el Borussia Dortmund desde que Morata marcó el segundo antes del descanso.

El delantero español empezó con ritmo el partido, pero entre los dos solo sumaban imprecisiones. El balón iba rebotado de tibia en tibia y solo Pirlo o Gundogan intentaban pisarlo las pocas veces que lo tenían. Pero entre la confusión emergió Morata. El madrileño optó por lanzarse contra la defensa alemana a la menor ocasión. En solitario o acompañado, si recibía el cuero no miraba atrás y se abalanzaba contra los amarillos. Y de una de esas aventuras surgió el primer gol. El madrileño se adentró por la izquierda y su disparo cruzado cayó en los pies de Tévez tras ser rechazado por Weindenfeller, que pudo hacer más.

Justo premio para la valentía de Morata, pero demasiado para una Juve que no quería arriesgar más de la cuenta. Tampoco el Dortmund era una fiesta, pero sonaron todas las flautas cuando Chiellini se resbaló y dejó el balón franco a Reus para que encarase y batiese a Buffon. Dos errores y dos goles. Oro para los alemanes, que se frotaban las manos con el botín. Ya se sabe, aquello de marcar fuera de casa en Europa.

El partido se trabó un poco más y abundaron las faltas. Hubo hasta dos lesiones. Primero cayó el lateral derecho del Dortmund Piszczek y poco después, Pirlo. La Juve se quedaba sin su brújula, una tragedia, pero no hubo tiempo para lamentos. Pogba, que había estado perdido entre tanta brega, apareció para servir un balón que Morata convirtió en gol con un toque sutil de gran definidor.

Reus hizo el gol alemán tras un resbalón de Chiellini. Oro para los alemanes

El Dortmund se encontró con esa desventaja mínima y salió del vestuario sin saber si tenía que dar por bueno ese 2-1 o irse a por el empate. Dominaban los alemanes pero de forma tibia, con mucho miedo de las contras italianas. La Juve, sin embargo, parecía tener las cosas más claras y daba por bueno el resultado, aun teniendo claro que sudaría tinta en el feudo borusser. Sin embargo, la mejor ocasión la tuvo Tévez con un disparó que salió a un palmo del palo. Eso pareció espolear un poco a los locales, que decidieron presionar en su campo al rival, aunque el botín apenas fueron unos pocos córners antes de agazaparse de nuevo.

A punto estuvieron de costarle caros los titubeos al Dortmund cuando Pereyra penetró con suma facilidad en el área alemana y su disparo no acabó dentro por muy poco. Se le hizo largo el final del partido a los de Klopp, que solo quería tener el cuero para defenderse. El marcador no se movió y tampoco pareció que importase mucho a ninguno de los contendientes. Decidirá el Westfalen en unas semanas.