_
_
_
_

Asalto celeste a Riazor

El Celta saca beneficios del talento de sus atacantes para superar a un Deportivo con más empuje que fútbol

El delantero Charles celebra el rpimer gol del Celta.
El delantero Charles celebra el rpimer gol del Celta.Cabalar (EFE)

En un derbi igualado decidió la capacidad los mediapuntas y los delanteros. Puestos a medir el músculo del talento a día de hoy el Celta tiene más porque, entre otras cosas, dispone de más posibilidades económicas que el Deportivo. Por eso, también porque está más armado, tras varias campañas trabajando en una misma dirección, va un paso por delante. El Celta salió de su desierto de cinco años en Segunda y está ahora en el oasis que precede en Primera al paraíso europeo. El Deportivo se rebeló en dos ocasiones contra el descenso y trata ahora de realizar esa transición entre los grandes. Si el club y su gente entienden dónde están y cuáles son las dificultades del camino tendrá mucho ganado. Y entre las penurias están contemplar cómo le supera el rival más encarnizado y batallar por una permanencia que tiene encarrilada, pero no atada porque además los colistas no dejan de apretar.

El partido tuvo más ritmo que calidad, lo que no deja de ser un eufemismo. La pasión no faltó, sí algo más de fútbol. Trató de ponerlo el Deportivo de inicio, y tampoco es una cuestión menor: le quitó al Celta la pelota que éste le había robado el domingo pasado al Atlético. Se gustó de inicio el equipo de Víctor Fernández, audaz y atinado en la presión, un tanto precipitado para gestionarse con el esférico, siempre con el ir y venir de Cavaleiro, que estuvo cerca de marcar tras una acción de estrategia en un saque de esquina. Se descompuso el Celta en ese tramo inicial, abocado a correr tras el rival, pero encontró la profundidad con el paso de los minutos, no la paciencia. Salió de la esquina el equipo de Berizzo y se fue a la mitad del ring coruñés, apareció el espléndido Krohn-Dehli y el partido se equilibró porque además encontró una veta a la espalda de Borges, que no es futbolista de ritmos elevados, volcándose a la izquierda para dar vuelo a Nolito. Fue a más el Celta, seguramente porque había partido de muy abajo. Y decayó el Deportivo porque le faltó claridad, nunca empuje.

La primera parte transcurrió con billete de ida y vuelta, pero había acabado dejando una pista muy clara: el Deportivo sufría siempre para defenderse tras pérdida. Por ahí vislumbraba un camino el Celta, por la respuesta rápida. Y así rompió el partido en la primera jugada tras el descanso, con una recuperación tras un balón que trataba de bajar Oriol Riera en el ataque deportivista y un contragolpe fugaz que culmimaron Nolito, Orellana y Charles sobre la línea de gol. Ese Celta centelleante es seña de identidad del equipo en los últimos años. Lo fue con Paco Herrera, también con Luis Enrique y en la actualidad con Berizzo. Querer la pelota no significa que los ataques deban ser kilométricos.

Deportivo, 0 - Celta, 2

Deportivo: Fabricio; Juanfran, Lopo, Sidnei, Luisinho; Álex Bergantiños, Borges; José Rodríguez (Cuenca, m. 55), Lucas Pérez, Cavaleiro (Hélder Costa, m. 68); y Oriol Riera. No utilizados: Lux, Manuel Pablo, Insua, Juan Domínguez y Medunjanin.

Celta: Sergio Álvarez; Sergi Gómez, Cabral, Fontàs, Jonny; Augusto, Radoja; Orellana (Álex López m. 76), Krohn-Dehli (Hernández, m. 89), Nolito; y Charles (Larrivey, m. 72). No utilizados: Rubén Blanco, Samuel, Bongonda.

Árbitro: Pérez Montero. Expulsó a Lopo, por doble amarilla en el minuto 71 y amonestó a Luisinho, Lucas Pérez, Charles, Nolito, Sergio Álvarez, Sergi Gómez

Goles: 0-1. m. 46. Charles; 0-2, m. 81, Larrivey

Riazor. 30.334 espectadores.

Un gol en contra nunca sienta bien, pero el Deportivo ya estaba atascado. Muy desafortunado Riera en la punta, bullicioso sin acierto Lucas Pérez y con todo el espumoso agotado Cavaleiro, el técnico dio vuelo a Isaac Cuenca y Hélder Costa por buscar algo diferencial, algún regate. Todo en el alambre porque el Celta no dejó de acechar y colocarse en los tacos de velocista. Encontró un cierto aliento el Deportivo para pisar el área oponente y generar una doble oportunidad en la que el fenomenal portero Sergio Álvarez hizo alarde de reflejos. Restaban 20 minutos y el arreón puso en ebullición a Riazor. A falta de talento bueno era el orgullo, pero en la acción siguiente Riera volvió a perder la pelota en un lugar sensible para que el Celta armase una contra y Lopo midió mal ante Nolito para ganarse la segunda amonestación y dejar a su equipo con diez. El Deportivo no se recolocó y siguió ruta con tres atrás, pero un error de Luisinho acabó de condenarle, dar el gol de la sentencia a Larrivey y culminar el asalto celeste a Riazor.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_