Garbiñe se cita con Serena

Serena Williams no tiene excusa. Está sobre aviso. Descubrió a Garbiñe Muguruza en el Abierto de Australia 2013, cuando despidió a la hispanovenezolana sin contemplaciones y aún así se declaró “impresionada”. Enfrentada de nuevo con la española en Roland Garros 2014, a la número uno ya no le dio tiempo de buscar adjetivos, palabras ni metáforas que resumieran el torrente de juego que la había eliminado del torneo: se impuso la pupila de Alejo Mancisidor. Ayer Muguruza eliminó a la suiza Bacsinszky por 6-3, 4-6 y 6-0 (quinto parcial que suma sin ceder un juego en seis partidos de 2015) y Williams hizo lo mismo con la ucrania Svitolina (4-6, 6-3 y 6-0). Consecuencia: las dos pegadoras vuelven a cruzarse, esta vez con los cuartos de Melbourne como premio.

“Será un partido duro”, dijo la española. “En París jugué realmente bien. Todo funcionó ese día. Es difícil tener ese tipo de partidos donde todo sale perfecto… Me gusta jugar los partidos grandes, así que estoy con ganas de tener este reto”.

El reto se escribe en mayúsculas. Los técnicos llevan años anunciando que el futuro del tenis es de Muguruza. Todo el mundo sabe que el presente es de Serena, que a los 33 años defiende su trono en Melbourne. Ahí, en Australia, la española vive la mejor prueba para saber cuánto le queda para entrar en la Historia del tenis.