Baño del Eibar en Cornellà

Frente al tópico del partido trampa, la realidad de un equipo que no deja de asombrar jornada tras jornada. El Eibar se superó a sí mismo en Cornellà, pese a las sensibles bajas de Arruabarrena y Albentosa, entre otros. En la primera parte, le dio un baño de juego y eficacia a un Espanyol contemplativo, sin nervio y sin ideas. Y en la segunda, se refugió con orden y acierto ante un rival carente de elaboración que lo fio casi todo a la acumulación de atacantes.

El equipo de Garitano se mostró sólido y clarividente. Alrededor de Manu del Moral, desplegó un juego admirable, con conceptos claros y perfectamente ejecutados. Avisó antes de percutir. Casilla se empleó a fondo en un tiro desde fuera del área de Manu del Moral y Víctor Sánchez le rebañó el balón a Errasti cuando embocaba la red tras un pase magistral de Piovaccari. El Espanyol no rectificó hasta el descanso, cuando el envite se le había puesto como un ascenso al Tourmalet. No encontró líneas de pase para superar la presión del Eibar. Y llegaron los dos goles del equipo guipuzcoano: un zambombazo de Manu del Moral tras un error de Javi López que acabó con un centro atrás de Saúl, y un cabezazo de Bóveda a la salida de un córner que rozó Piovaccari. Otra vez quedó en evidencia la defensa blanquiazul, incapaz de controlar los saques de esquina.

Sergio González dio entrada al delantero del filial, Jairo, y retrasó unos metros a Sergio García. El capitán blanquiazul y Arbilla fueron los únicos que rompieron el esquema del Eibar. Caicedo, de cabeza, tras un centro de Arbilla, puso el 1-2 y la emoción en los últimos minutos. Casilla se lució en un tiro de Dani García e Irureta abortó el empate tras un cabezazo de Sergio García. El Espanyol se había condenado con su apatía en el primer tiempo y perdió la posibilidad de enlazar por primera vez tres triunfos.