Un Rayo sin complejos

Estupendo partido del Rayo, que sacó un excelente premio a la fidelidad a su estilo para imponerse a un Getafe gris, que duró 20 minutos. El mérito del conjunto de Paco fue grande, sabiendo sobreponerse a un gol en contra a los dos minutos, manteniendo la calma y, sobre todo, el balón. Encomiable el equipo vallecano, que jugó casi todo el encuentro con tres defensas, tocando y tocando para remontar, sufriendo a veces por su apuesta, pero orgulloso de ese estilo que le hace ser diferente al grupo de equipos de la Liga que pelean por la salvación y, si se puede, algo más. En esa buena línea del equipo, despuntan, además, futbolistas como Jozabed, todo un descubrimiento para el gran público por su clase y visión de juego. En el filial del Sevilla ya dio muestras de su calidad.

Los equipos conocen ya de sobra al Rayo. Un equipo que juega al límite, que no tiene reparos en desprotegerse, valiente como pocos, rayando a veces la insensatez. Lo mismo Paco coloca a Toño de portero después de tenerlo dos semanas apartado que juega sin laterales ni carrileros, con tres defensas y un montón de centrocampistas. El Getafe al que dirigió Contra por última vez supo aprovechar las debilidades de su rival. Con un centro del campo muy poblado, atacó al Rayo en su campo, presionando la salida de balón. A los dos minutos, una pérdida de balón fue aprovechada por Sarabia, que fue derribado por Baena, una especie de antiguo líbero por delante de los centrales. Álvaro Vázquez la puso imposible para Toño. El carrusel estaba servido.

Acostumbrado a encajar, el Rayo mantuvo su estilo temerario. Por eso lo mismo se acercaba con peligro a la meta de Guaita que sufría los contragolpes del Getafe. El partido se puso bonito. Álex Moreno, un cuchillo por la izquierda, sirvió dos balones de oro a Leo Baptistao, que mostró sus escasas dotes como delantero centro. Los dos remates de cabeza, francos, fueron lamentables. Jugaba bien el Rayo, como siempre, pero también le tocaba sufrir por su arriesgada apuesta. Por eso Diego Castro envió el balón al larguero y por eso Álvaro Vázquez estuvo a punto de aprovechar un error de Abdoulaye. Leo tuvo un tercer remate de cabeza claro. Esta vez fue mucho más preciso tras un centro de Kakuta, pero tampoco marcó. Había merecido el empate el Rayo, dominador del juego y del balón, con más acercamientos al área que su rival, demasiado agazapado. El Getafe perdió intensidad en la presión y lo pagó. El equipo de Paco encontró la igualada, con justicia, después de un error de Guaita, que le dejó el balón en los pies a Jozabed.

Con el paso de los minutos, el Rayo se fue gustando ante un Getafe que se iba rompiendo. Contra lo vio y metió a Juan Rodríguez y Pedro León para atenuar el dominio rayista, excelente con el balón, insaciable en la presión adelantada. Kakuta avisó con un balón al palo, aunque fue Baena el que concretó la remontada con un remate en el área pequeña en una jugada donde volvió a crujir Guaita. Paco buscó cerrar el encuentro con la entrada de Quini para jugar, al fin, con cuatro defensas. Sufrió el Rayo algún que otro sobresalto. Toño lo solventó con eficacia para apuntalar el cuarto triunfo fuera de casa del grupo vallecano, que empieza muy bien el año. El Getafe, que ya busca entrenador después de que se hiciera oficial la marcha de Contra, mantiene su mala trayectoria en casa.