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Casado regresa a África

El mediofondista español buscará volver a ser el que era entrenándose en Bloemfontein con el atleta sudafricano Cronje

Carlos Arribas
Arturo Casado, a la izquierda, en Kenia, en 2011.
Arturo Casado, a la izquierda, en Kenia, en 2011.

Al volver de Kenia, en febrero de 2011, Arturo Casado se sintió más completo como persona, más sabio, y más frágil como atleta. Víctima de enfermedades, lesiones, de su propia pasión, de la locura de corred descalzo y de otras cosas de la vida y el amor, el campeón de Europa de 1.500 en 2010 no volvió a ser el mismo desde su viaje iniciático al valle del Rift, donde descubrió las raíces del atletismo africano y encontró peso, razones y testimonios para una tesis doctoral que ya está a punto de concluir. Meses después, en un viaje en busca de sus propias raíces, dejó Madrid y sus agobios y se fue a vivir a un pueblo, a Tarancón (Cuenca), a entrenarse más a su manera. Paralelamente, el mediofondo español, la referencia histórica de su atletismo, se hundió también en la miseria. Ni en los últimos Mundiales, los de Moscú 2013, ni en los últimos Europeos, los de Zúrich, el pasado verano, hubo un solo español en la final de 1.500. “Allí, en Tarancón, se me va el día entre la tesis, que me sirve para relajarme, los entrenamientos y mi chica”, dice Casado, que cree que el próximo año volverá a ser el mismo gran atleta que fue y que dentro de unos días, como aquel que necesita cerrar un círculo, volverá a África este invierno, antes de fin de año, para pasar unas semanas entrenándose en Bloemfontein, en Sudáfrica, ciudad conocida por alojar a la selección española de fútbol en su conquista del Mundial de 2010.

Hace cuatro años, el madrileño pasó un mes en Kenia preparando su tesis doctoral

“Pero no voy allí por eso, evidentemente”, dice Casado, de 31 años. “Voy porque es un magnífico centro de entrenamiento, porque está a 1.200 metros, porque allí es verano, y voy, sobre todo, porque me invita mi amigo Johan Cronje”.

La historia de amistad de Casado con Cronje, el plusmarquista sudafricano de los 1.500, un atleta de 3m 31, y medallista de bronce en el último Mundial, refleja también como pocas la personalidad del atleta madrileño. “Hace unos años, en 2009, antes del Mundial de Berlín, Cronje se tuvo que pasar un día en barajas porque perdió un vuelo, y a mí, como era atleta, me avisaron. Fui a buscarle y estuvo en mi casa alojado unos días, hasta que tuvo avión para su tierra”, dice Casado. “Después, todos los años ha estado viniendo a mi casa unas semanas, porque le encanta España y entrenarse aquí, y siempre me decía que tenía que ir yo a Sudáfrica. Y ahora es el momento”.

Casado acude con su tabla de entrenamientos en la cabeza y con el convencimiento de que prepararse al lado de Cronje le ayudará para lograr sus objetivos para 2015, que son, aparte de un cum laude para su tesis doctoral sobre la superioridad de los atletas kenianos en las pruebas de mediofondo y fondo, participar en marzo en los Europeos de pista cubierta y en agosto en los Mundiales al aire libre de Pekín. “Me tocará pelear por la plaza con viejos conocidos, como Manolo Olmedo, y también con más jóvenes, como David Bustos y Álvaro Rodríguez”, dice. “Pero estoy seguro de que volveré al mejor nivel”.

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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