El Eibar muestra su mejor cara en Ipurua
El equipo armero golea al Almería con un repertorio de aciertos
Bajo la lluvia, el Eibar se lavó la cara. Se quitó esos chorretones que a veces se le quieren ver de equipo especulativo o directo, de espíritu minero, avieso en los goles y aferrado a su bombonera de Ipurua, a pesar de que hasta ayer solo había vencido en el partido inaugural frente a la Real Sociedad. Bajo la lluvia intensa se le vio con la cara limpia y perfumada de goles frente a un Almería que aguantó igual de mal el chaparrón armero que el que caía del cielo. Cinco goles recogió Rubén en su portería desde que Piovaccari dejara a los tres minutos alojado el balón en la esquina de las agujas, allí quieto entre la red y el hierro que la hilvana a la tierra.
EIBAR, 5- ALMERIA, 2
Eibar: Irureta; Bóveda, Albentosa, Raúl Navas, Lillo; Manu del Moral (Errasti, m. 83), Dani García, Boateng, Saúl (Capa, m. 45); Arruabarrena y Piovaccari (Abraham, m. 67). No utilizados: Irazusta, Ekiza, Lekic y Javi Lara.
Almería: Rubén; Ximo Navarro, Trujillo, Fran Vélez, Mané; Weligton, Corona, Thomas, Zongo (Edgar, m. 64); Hemed (Dangda, m. 45) y Thievy (Soriano, m. 34). No utilizados: Julián Cuesta, Michel Macedo, Kike González y Azeez.
Goles: 1-0. M. 3. Piovaccari. 2-0. M. 21. Saúl Berjón. 3-0. M. 31. Albentosa. 3-2. M. 43. Soriano. 4-1. M.57. Raúl Navas. 5-1. M. 74. Capa. 5-2. M. 77. Edgar.
Árbitro: González González. Amonestó a Piovaccari, Dani García, Corona, Thomas, Boateng, Capa, Welligton
Unos 4.000 espectadores en Ipurua.
Más que psicológico, fue un gol revelador: se fraguó en la zona menos practicable del campo, donde había más barro y fue el fruto de la determinación con la que el italiano peleó el balón con Trujillo. Cuerpo a cuerpo, hombro con hombro, Piovaccari se zafó del central almeriense como quien se sacude la ceniza de un puro, luego carrera en horizontal y zurdazo seco (era lo único seco que había en el campo). Era el exceso de confianza de Trujillo frente al exceso de ambición de Piovaccari. Y era todo un síntoma de la distinta actitud sobre el terreno de juego. El Eibar como pez en el agua, porque el campo, estaba perfectamente practicable (salvo en esa zona) y el Almería ahogado en su propia red. Había apostado Francisco por delanteros rápidos como Thievy, Welligton y Zongo, asistidos por Hemed, pero el Eibar está tan armado en defensa que corriendo es difícil sorprenderle.
Dos goles más en media hora, uno de Saúl (que tropezó en Vélez y engañó a Rubén) y un cabezazo de Albentosa en el área pequeña tras un córner, convertían la lluvia en vendaval. A la contra y a balón parado, el Eibar había destrozado al Almería que solo resucitó cuando, poco después, Soriano relevó a Thievy y le dio, con su inteligencia, la profundidad que el francés con su velocidad no producía. Incluso al borde del descanso, se reanimó el conjunto andaluz con el gol de Soriano que le devolvía al partido y le difuminaba las ojeras que se apreciaban en su mirada.
Un paso atrás del Eibar, acercó al Almería a la portería de Irureta, amenazada por un disparo soberbio de Soriano que rozó el larguero. Pero en un campo tan inglés, el córner pertenece al santoral del fútbol. Y Raúl Navas volvió a meter la cabeza tras una salida en falso de Rubén. Capa hizo el quinto tras un quiebro de Manu del Moral, sin tocar el balón, que el delantero vizcaíno llevó a la escuadra con un gran disparo. El único error defensivo del Eibar lo aprovechó Edgar para hacer el 5-2. Pero hubo más. Hubo un disparo de Corona al larguero y una mano dentro del área de Lillo que el árbitro no vio, como no había visto el cúmulo de agarrones en los córners. Le cegaba la lluvia. La misma que lavaba la cara del Eibar y le hacía justicia porque nunca la ha tenido sucia.
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