Pulso entre Villar y los investigadores de la FIFA

Ángel María Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol y vicepresidente de la FIFA, estaría siendo investigado por el Comité de Ética del organismo presidido por Joseph Blatter por su poca cooperación en las pesquisas que buscan esclarecer si hubo compra de votos en las elecciones que concedieron a Rusia y Qatar la organización de los Mundiales de 2018 y 2022, según el diario alemán Die Welt y el británico The Telegraph. Además de Villar, y según las mismas fuentes, también están bajo la lupa de los investigadores otros dos altos cargos de la FIFA, el belga Michel d’Hooghe y el tailandés Worawi Makudi, y el exfutbolista alemán Franz Beckenbauer. Según fuentes federativas, el español se negó a declarar ante el Comité, con lo que habría dificultado que se aclarara si la candidatura de España y Portugal a organizar el Mundial de 2018 había pactado un intercambio de votos con la de Qatar 2022; acabó declarando después por escrito; y finalmente recusó al fiscal Michael García por ser de origen estadounidense y ser ese país candidato al Mundial 2022.

“Es cierto que le llamaron a declarar y que él se negó al considerar que Michael García es juez y parte, porque no es alguien externo a la FIFA, sino que forma parte de su estructura”, contó una segunda fuente con la condición de mantenerse en el anonimato. “En la cuestión del intercambio de votos entre las candidaturas de España-Portugal y la de Qatar, la colaboración por parte de la federación española fue máxima”, continuó. “De hecho, la candidatura recibió un email de un investigador que se presentó como jefe de seguridad de la FIFA, y, según reconoció él luego, fue la única candidatura de las que contactó que le contestó. Se puso todo el mundo a su disposición para aclarar cualquier historia, pero finalmente no se les citó para nada y simplemente se les agradeció su buena disposición”.

El español dudó de la imparcialidad del estadounidense, cuyo país era candidato

El portavoz de la federación española, cuyo presidente tiene frentes abiertos con la Liga de Fútbol Profesional —con posturas diferentes en los casos Pedro León y Zidane, por ejemplo—, el Consejo Superior de Deportes —por la subvención del organismo relacionada con la quiniela— y ahora la FIFA, no ofreció ninguna versión oficial a este diario. Por su parte, un portavoz de la FIFA, organismo del que Villar es vicepresidente, declaró: “No podemos confirmar ni desmentir la información, ya que todos los asuntos relacionados con la investigación son manejados únicamente por la Cámara de Investigación del Comité de Ética, que es independiente”.

Sin embargo, en la FIFA tienen información de primera mano sobre un caso que ha hecho temblar los cimientos de la institución. Desde 2010, y supuestamente por orden de Jérôme Valcke, su secretario general, el organismo encargó a su jefe de seguridad que investigara si las dos candidaturas habían acordado apoyarse mutuamente. Haciendo referencia a sus contactos con Interpol, el encargado de la investigación dirigió correos electrónicos a las caras visibles de los dos proyectos para recabar los datos.

Solo declaró por escrito sobre el presunto intercambio de votos entre España y Qatar

La investigación que ha salido parcialmente a la luz, en cualquier caso, ha sido la del fiscal García. Basándose en su trabajo, y con su protesta posterior, el juez Hans-Joachim Eckert concluyó que no había habido corrupción en la adjudicación de los Mundiales, aunque presentó la semana pasada una denuncia ante la Fiscalía Federal de Berna (Suiza) para aclarar las transferencias de capitales sospechosas que se detectaron alrededor de las elecciones.

Pese a las voces que han pedido que se publique al completo el informe de García, este solo se conoce parcialmente. En lo publicado apenas hay nombres de los más de 70 testigos consultados. Los pocos que se conocen, además, son los de las fuentes que señalaron los indicios de que presuntamente se estaban intentando comprar voluntades. Como escribió en una carta al fiscal Phaedra Almajid, una de esas testigos que se han visto bajo los focos sin quererlo: “Asumí grandes riesgos personales para defender la verdad en una atmósfera altamente politizada. Ahora me encuentro con que me han traicionado y denigrado por tener el suficiente coraje de dar el paso de proporcionar información fundamental. Mi destino revela mucho de la FIFA y su modus operandi. Se premia una cultura del silencio. A los que hablan, a los que se atreven a cuestionar el sistema, no solo se les deja de lado, sino que se les deniega protección y respeto a través del Código Ético de la FIFA”.