Felipe se da un homenaje en Sevilla

Felipe Reyes enaltece el trabajo en días laborables y en festivos, en la Liga y en la Euroliga, sin escatimar en sudor y puntería ni reparar en dosificaciones. El capitán del Madrid lideró el triunfo de su equipo ante el Baloncesto Sevilla (72-81) con otra hoja de servicios para el museo de la constancia: 18 puntos, tres rebotes, dos asistencias, seis faltas recibidas y 23 de valoración. Unos números que sirvieron a los de Laso para consolidar con solvencia el primer puesto en la clasificación con su octava victoria en ocho jornadas.

Se destapó el Baloncesto Sevilla con un 10-4 de parcial para comenzar la mañana pero, agarrados al impulso de Mejri (6 puntos y tres rebotes en los primeros siete minutos), el Madrid equilibró pronto la contienda y comenzó el intercambio de golpes (22-24, m. 10). Urtasun primero y Byars después compensaron con puntería la producción coral del equipo de Laso. Los madridistas situaron su centro de operaciones en la pintura y con el crecimiento de Ayón ensayaron el primer estirón. Del 33-33 del minuto 16 se pasó al 34-42 en un santiamén tras el acelerón blanco protagonizado por el pívot mexicano (máximo anotador de su equipo al descanso con 11 puntos en e14 minutos). Laso no dio carrete en la primera mitad ni a Bourousis ni a Nocioni (tampoco a Rudy, de vuelta a la convocatoria tras ser operado hace dos semanas del dedo anular de su mano derecha), pero el trío Ayón-Mejri-Felipe anotó 27 de los 48 puntos del Madrid al descanso. Había logrado el líder su máxima renta al borde del descanso (39-48, m. 20), pero un triple estratosférico de Radicevic desde su campo devolvió el entusiasmo a las gradas del Municipal de San Pablo.

Pintaba verde sobre verde Scott Roth en su pizarra y, a pesar de la escasa legibilidad, sus jugadores entendieron en sus flechas que tenían que endurecer la defensa y diversificar el ataque. Porzingis y Hernangómez, 19 y 20 años respectivamente, se fajaron con Bourousis y Nocioni, 31 y 33, y el pulso entre la mocedad y la experiencia elevó la agitación y los decibelios del encuentro. El Madrid dominaba con estrecheces y el Baloncesto Sevilla perseguía con entusiasmo. Creció la tensión y bajó la anotación (15-16 en el parcial del tercer acto).

El Madrid se confió bajo los aros y se apagó desde el perímetro. No era el día de Llull ni de Rivers y la aparición episódica de Balvin y Oriola ajustó las distancias (64-66, m. 33). Sin embargo, ante la perspectiva de la hazaña, el Baloncesto Sevilla mezcló el ímpetu con la precipitación y acumuló lanzamientos y decisiones erráticas que le costaron el partido. Felipe y Carroll se elevaron por encima de todos para asegurar el liderato. Apenas el esguince de tobillo de Campazzo, tras un mal apoyo, alteró la maniobra de aterrizaje de los blancos consolidada con un parcial de 2-15 (66-81, m. 39). Ocho victorias en ocho jornadas para el líder.