Alba encuentra la autopista
A pesar del gol en propia puerta, el lateral firma un duelo excelente en ataque y en defensa
En un partido tan anfetamínico como el de ayer entre el Barcelona y el Sevilla, Jordi Alba se sintió tan a gusto que se hizo protagonista queriendo y sin querer. Buscó a la carrera la llegada por banda tantas veces que se convirtió en un incordió semejante al zumbido de un mosquito nocturno para la defensa sevillista, en especial para Koke, que le veía aparecer sin saber cuándo ni cómo. Y fue protagonista pese a su deseo porque nada más empezar la segunda parte, le rebotó la pelota en la pierna y el balón acabó en la red de Bravo, lo que valió por un momentáneo empate.
Para su alivio, el del equipo y el de la hinchada, su compañero en la banda izquierda, Neymar, enmendó el desatino de inmediato con un gol que fue protestado por los sevillistas al entender que antes de rematar la falta sacada por Xavi había empujado a Pareja. El tanto de Neymar a la salida de una falta fue el segundo del curso para el Barcelona de estrategia —el primero fue de Piqué al Apoel—, y el primero suyo con la cabeza.
Alba, que sufrió la pasada temporada un par de lesiones musculares que le hicieron la vida imposible y le destrozaron el curso, encontró ayer su autopista y corrió por ella, siempre con la portería rival como norte. El de L’Hospitalet, que fue un extremo rápido cuando era aún más chiquitín, mantiene el hábito de llegar y centrar, por mucho que anoche sus pases nunca tuvieran el premio que buscaba. Más allá de su aportación personal en ataque, Alba tuvo un comportamiento defensivo excelente.
Más allá de su aportación personal en ataque, Alba tuvo un comportamiento defensivo excelente
En ese aspecto, volvió a cojear la zaga del Barça con un Alves casi siempre fuera de sitio al tapar y espeso en las transiciones ofensivas, todo lo contrario que Alba. El internacional español hizo largo y ancho el campo, como se necesitaba, y supo aparecer a traición, aprovechando los espacios que las diagonales de Neymar le dejaban, y hasta dispuso de una buena ocasión de gol.
Atendiendo a los minutos que le ha dado Luis Enrique desde que empezó el curso no está claro que el lateral pueda sentir el puesto en propiedad, entre otras razones porque no jugó en el Bernabéu, cuando el técnico asturiano prefirió apostar por Mathieu. Lleva 1.026 minutos disputados, pero más allá de lo que diga el cronómetro, partidos como el que se marcó ayer aclaran cualquier duda en el cuerpo técnico, aunque terminara anoche sustituido al final del partido por Adriano, tras protagonizar 81 jugadas de ataque, dar 56 pases buenos y robar ocho veces el balón al rival. La noche que Messi pulverizó el récord de goles en la Liga española, Alba siempre podrá decir que manteó a La Pulga en el Camp Nou y que, además, jugó un gran partido.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.