Una pareja recuperada

“Hay mucho camino hecho cuando Piqué y Ramos están bien”, dice el seleccionador, Vicente del Bosque, que siempre supo que los éxitos de la selección se fraguaron en una sólida defensa, en el mérito de mantener a cero la portería y rentabilizar a saco los goles. Ayer el técnico volvió a darle vuelo a Piqué y Ramos, pareja de hecho en el eje de la zaga desde que Puyol se lesionó camino de la Eurocopa de Polonia y Ucrania y el andaluz abandonó el lateral derecho. Bajo el aguacero tremendo que cayó sobre Balaídos, cumplieron 20 partidos de la mano con un balance de 13 victorias, tres empates y cuatro derrotas. Kroos, con un disparo lejano en el minuto 89, estropeó el 0 en la portería española después de que Albiol y Bartra sustituyeran en el descanso a la pareja titular.

“Son dos chavales majos, se llevan bien”, suele decir el técnico salmantino para hablar de dos tipos que mezclan mucho mejor en el campo que fuera. Por cuna y educación tienen poco o nada que ver, pero son futbolísticamente complementarios y eso siempre le ha dado rendimiento al juego de España. Físicamente poderoso, rápido y desbocado, el sevillano llega a todas y va a la que salta; más táctico y creativo, suele estar Piqué donde se le espera. Salvo en el pasado Mundial de Brasil: uno se quedó en Lisboa, tras ser héroe en la final de la Champions en la que el Madrid ganó la Décima y el otro no compareció, mermado físicamente al final de una de sus peores temporadas.

Albiol y Bartra sustituyeron al descanso a los centrales titulares

Ayer Ramos alcanzó los 123 partidos internacionales y Piqué sumó 64, el primero con el 15 a la espalda, que reclamó para honrar la memoria de su amigo Antonio Puerta en La Roja; y el otro, con el 3 que se encontró un buen día. Entre los dos le dieron empaque y solidez a un equipo de novatos, se sobraron atrás rompieron la primera línea de presión alemana y se incorporaron a rematar todos los saques de esquina, pero no cazaron ninguno. Les guardaron las espaldas siempre Busquets y Bruno, en la misma medida que ellos, los dos centrales, limpiaron siempre la última fase defensiva de su equipo, que jugó muy metido en la primera parte en campo rival, con mucho espacio entre Piqué y Ramos y la portería.

El sevillano, contundente, se quitó de en medio a Müller al primer contacto —el alemán se retiró lesionado tras un viaje del central blanco— y Götze nunca pudo con Piqué, más fino, cuando no le quitó el espacio le robó la pelota; en el descanso terminó por llevarse al vestuario de España la camiseta del hombre que marcó el gol que le dio a los alemanes su cuarto título del Mundo Brasil [Götze]. Ya no volvieron al campo, sustituidos por Albiol, todo un clásico que de minuto en minuto sumó ayer su partido 50 con España, con la que ha ganado el triplete; y Bartra, que asoma cada vez más en La Roja y parece convencer al seleccionador, que suele alabarle al tiempo por su contundencia defensiva, su capacidad de anticipación y no solo, como suele suceder, por su valentía ofensiva.

Müller se lesionó tras un encontronazo con el madridista en los primeros minutos

No hay duda de que Del Bosque tiene tan clara la pareja de centrales titular, la que forman Piqué y Ramos, como sus dos recambios, Albiol y Bartra, y con eso tira el seleccionador, tan feliz de ver de vuelta al central del Barcelona que lleva desde que comenzó el año en el ojo del huracán. Nadie ha hecho más por el chaval de la Bonanova que el salmantino, empeñado en recuperar la confianza del barcelonés y parece haberlo conseguido. Si le dejó fuera de la primera lista tras el Mundial de Brasil, para que se recuperara definitivamente de las dolencias en la cadera que le amargaron la vida el curso pasado, siempre le ha dado galones, y sin ir más lejos lo hizo anoche contra los campeones del mundo.