José Luis Viejo, un récord en el Tour
El ciclista guadalajareño ganó una etapa en 1976 con 23 minutos sobre el pelotón
Ganó José Luis Viejo una etapa en el Tour del 76 con 22m 50s de ventaja sobre el pelotón y el escritor de L’Équipe, Antoine Blondin, dedicó tres cuartas partes de su crónica a hablar de Jean Giono, el literato francés que nunca se movió de Manosque, la ciudad provenzal en la que Viejo, nacido en Yunquera de Henares (Guadalajara), logró tamaña victoria, con una diferencia récord, nunca igualada. También podía haber hablado de la infancia del corredor, de cómo sus padres, vaqueros, le llevaron un día en burro desde Azuqueca de Henares, donde se habían establecido, hasta un pozo que decían milagroso, y le sumergieron allí sujeto en un arnés para curarle una hernia inguinal, y de paso fortalecerle.
Se murió Viejo el domingo pasado, a los 65 años de vida y unos cuantos de enfermedad, y todas las crónicas que la relatan comienzan con aquella victoria, de la época del ciclismo heroico, cuando no había crónica que no recordara que todos los ciclistas españoles eran unos quijotes que solo brillaban con sus fugas terribles en solitario, conseguida un 6 de julio con el maillot del Super Ser, un equipo navarro creado para que Luis Ocaña corriera sus últimos años en España. También podrían contar más historias de Viejo, un portento como ciclista desde sus tiempos de amateur pero con escaso amor por los entrenamientos y la vida dura del corredor. “Fue una persona alegre, un ciclista de mucha fuerza, pero le faltaba constancia”, dice Javier Mínguez, quien corrió a su lado en el equipo de Bahamontes y acabó siendo su director, cuando Viejo fichó en 1982 por el Zor, donde puso fin a su carrera. “Fue un corredor con muchos altibajos”.
Fue una persona alegre, un ciclista de mucha fuerza, pero le faltaba constancia”, dice Javier Mínguez
José Luis Viejo Gómez-Ojos fue un corredor que en sus mejores momentos, los comienzos de los años sesenta, rivalizaba con los mejores ciclistas de su época, a ambos lados del telón de acero, con Hennie Kuiper, el campeón olímpico del 72, por ejemplo, Ryszard Szurkowski o Francesco Moser. En 1971 logró el bronce en el Mundial amateur, solo superado en el esprín final por Régis Ovion y Freddy Maertens, y en 1972, su gran año, se convirtió en el primer occidental que ganó la Vuelta a Polonia, hasta entonces coto cerrado del amateurismo marrón del Este. Y unas semanas más tarde, en vísperas de los Juegos de Múnich, quedó segundo en la Guillermo Tell, una prueba suiza considerada la mejor amateur del mundo.
Como profesional, una carrera de 10 años en los equipos La Casera, Super Ser, Kas Teka y Zor, aparte de varias pruebas de un día del calendario nacional, Viejo solo ganó la etapa de Manosque que permitió a algunos hablar de Giono y a Azuqueca, que recientemente le dedicó una plaza, sentirse feliz una tarde de verano en la que la gente llenó los bares y el ruido y el humo de los cohetes festivos transformaron el día. Después de retirarse, Viejo montó una tienda de bicicletas, una administración de loterías y un quiosco.
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